martes, 30 de septiembre de 2025

Evangelio del 1 de octubre 2025 Lucas 9, 57-62

 



En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo: "Te seguiré a donde quiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza". A otro Jesús le dijo: "Sígueme". Pero él le respondió: "Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios". Otro le dijo: "Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia". Jesús le contestó: "El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".

 

Reflexión

 

Jesús deja claro que seguirlo implica renunciar a la seguridad terrenal. No hay garantías de comodidad, estabilidad o reconocimiento. El discipulado es una entrega total, sin condiciones.

El Reino de Dios exige prioridad absoluta. El Reino no puede esperar. Jesús nos invita a poner a Dios por encima incluso de los deberes familiares o sociales más sagrados.

El seguimiento de Cristo requiere decisión firme. No hay espacio para la nostalgia del pasado ni para la indecisión. Mirar atrás es perder de vista la misión.

¿Qué cosas me impiden seguir a Jesús con libertad?

¿Estoy dispuesto a renunciar a mi comodidad por el Reino?

¿Hay algo que aún me ata al pasado y me impide avanzar?

Este texto nos llama a una fe valiente, sin reservas. Jesús no busca seguidores tibios, sino corazones decididos que lo elijan por encima de todo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Reflexión 20251005


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20251005

 

Un interrogante que recurre en periodos violentos como el que ahora vivimos es el siguiente: ¿Cuándo serán atendidos los reclamos y súplicas de las víctimas? Los contemporáneos del profeta Habacuc llevaban años padeciendo la brutalidad de los invasores asirios, sin advertir que su fe en Dios y sus ruegos marcaran alguna diferencia. La fe probada se convierte en esperanza, aunque los hechos desafortunados persistan, la esperanza sostiene el ánimo del creyente. Quienes hemos recibido el don de la esperanza no tenemos que desentendernos de nuestras responsabilidades ciudadanas. La esperanza nos alienta a sumarnos a proyectos y propuestas exigentes que alivien la inseguridad y la violencia. La resignación pasiva no es el rostro de la esperanza cristiana, aunque algunos así lo piensen. San Ignacio de Loyola lo expresaba de manera certera: "Actúa como si todo dependiera de ti. Confía como si todo dependiera de Dios".

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20251005

 



«Lo mismo que el oro se esconde en la tierra, así el sentido divino se oculta en las palabras humanas. Por eso, siempre que se nos proclama la palabra evangélica, debe la mente ponerse alerta y el ánimo prestar atención, para que el entendimiento pueda penetrar el secreto de la ciencia celeste. Digamos por qué el Señor comienza hoy con estas palabras: Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo. ¡ánimo, hermano! Te lo manda Dios: perdona, perdona los pecados; sé misericordioso ante el delito, perdona los agravios de que has sido objeto, no pierdas ahora los poderes divinos que tienes; todo lo que tú no perdonares en otro, te lo niegas a ti mismo en otro. Repréndelo como juez, perdónalo como hermano, pues unida la caridad a la libertad y la libertad fusionada con la caridad expele el terror y anima al hermano: cuando el hermano te hiere está febricitante, cuando delinque está enfurecido, está fuera de sí, ha perdido todo sentimiento de humanidad: quien no acude en su ayuda por la compasión, quien no le cura mediante la paciencia, quien no le sana perdonándolo, no está sano, está malo, enfermo, no tiene entrañas, demuestra haber perdido los sentimientos humanitarios. El hermano está furioso, achácalo a enfermedad: tú ayúdalo como a hermano; todo lo que haga en semejante situación ponlo en el haber de la fiebre, y lo ocurrido no podrás imputarlo al hermano; y tú prudentemente echarás a la enfermedad la culpa y al hermano, el perdón; de esta suerte, su salud redundará en honor tuyo y el perdón te acarreará el premio» (San Pedro Crisólogo [380-4501. Sermón 139).

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 5 de Octubre del 2025

 



ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Est 4, 17

En tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay quien pueda resistirse a ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo que está bajo el firmamento; tú eres Señor del universo.

 

 

GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

 

 

ORACIÓN COLECTA

 

Dios todopoderoso y eterno, que en la superabundancia de tu amor sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

 

PRIMERA LECTURA

 

[El justo vivirá por su fe.]

 

Del libro del profeta Habacuc 1, 2-3; 2, 2-4

 

¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio, sin que me escuches, y denunciaré a gritos la violencia que reina, sin que vengas a salvarme?

¿Por qué me dejas ver la injusticia y te quedas mirando la opresión? Ante mí no hay más que asaltos y violencias, y surgen rebeliones y desórdenes.

El Señor me respondió y me dijo: “Escribe la visión que te he manifestado, ponla clara en tablillas para que se pueda leer de corrido. Es todavía una visión de algo lejano, pero que viene corriendo y no fallará; si se tarda, espéralo, pues llegará sin falta. El malvado sucumbirá sin remedio; el justo, en cambio, vivirá por su fe”.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 94

 

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

 

Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias.

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

 

Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

 

Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”.

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

[No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor.]

 

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 6-8. 13-14

 

Querido hermano: Te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de moderación.

No te avergüences, pues, de dar testimonio de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Conforma tu predicación a la sólida doctrina que recibiste de mí acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Guarda este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Pe 1, 25

R. Aleluya, aleluya.

 

La palabra de Dios permanece para siempre. Y ésa es la palabra que se les ha anunciado. R. Aleluya.

 

 

EVANGELIO

 

[¡Si ustedes tuvieran fe…!]

 

Del santo Evangelio según san Lucas 17, 5-10

R. Gloria a ti, Señor.

 

En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor les contestó: “Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decir a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los obedecería.

¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú’? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?

Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’ “.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

 

PLEGARIA UNIVERSAL

 

Presentemos a Dios los sufrimientos y necesidades de su pueblo, y asumamos el compromiso de oír su voz en los gemidos de nuestros hermanos y en la escucha atenta de su Palabra. Digamos juntos:

R/. Escúchanos y ten piedad.

 

1. Que la Iglesia tenga valor, audacia e ilusión cuando anuncie el Evangelio a los hombres del tercer milenio. Oremos.

R/. Escúchanos y ten piedad.

 

2. Que los que han sido ungidos como ministros del Señor fomenten el amor, trabajen por la justicia y beneficien a los más pobres. Oremos.

R/. Escúchanos y ten piedad.

 

3. Que el Señor haga desaparecer las enemistades entre los pueblos que están en guerra. Oremos.

R/. Escúchanos y ten piedad.

 

4. Que los enfermos, agonizantes y todos los que sufren, puedan vivir desde la fe su situación. Oremos.

R/. Escúchanos y ten piedad.

 

5. Que los que viven en pecado escuchen la Palabra de Dios y cambien de vida. Oremos.

R/. Escúchanos y ten piedad.

 

6. Que nuestra fe sea viva y nos lance a vivir en constante espíritu de servicio. Oremos.

R/. Escúchanos y ten piedad.

 

Escucha, Señor, nuestras oraciones, acrecienta nuestra fe y no permitas que nunca nos apartemos de Ti.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Acepta, Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste ofrecer, y, por estos sagrados misterios, que celebramos en cumplimiento de nuestro servicio, dígnate llevar a cabo en nosotros la santificación que proviene de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

PREFACIO

 

La creación alaba al Señor

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque creaste el universo con todo cuanto contiene; determinaste el ciclo de las estaciones; pero formaste al hombre a tu imagen y semejanza y lo hiciste dueño de un mundo portentoso, para que en tu nombre dominara la creación entera y, al contemplar la grandeza de tus obras, en todo momento te alabara, por Cristo, Señor nuestro. A quien cantan los cielos y la tierra, los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...

 

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lam 3, 25

 

Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos que lo buscan.

 

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Dios omnipotente, saciados con este alimento y bebida celestiales, concédenos ser transformados en aquel a quien hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Evangelio del 30 de septiembre 2025 Lucas 9, 51-56

 



Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: "Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos? "Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.

 

Reflexión

 

Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén, sabiendo que Jerusalén sería el lugar de su pasión y muerte. No es una decisión casual, sino un acto consciente de entrega.

Aquí también se narra el rechazo de los samaritanos, quienes no quisieron recibirlo porque se dirigía a Jerusalén. La reacción de Santiago y Juan muestra una comprensión aún limitada del espíritu del Reino. Jesús los reprende, revelando que su camino no es de venganza ni de castigo, sino de misericordia.

La firmeza de Jesús en su decisión de ir Jerusalén nos invita a contemplar la fidelidad al llamado divino, incluso cuando implica sufrimiento.

Frente al rechazo de los samaritanos de recibir a Jesús, no responde con violencia, sino con compasión. Esto desafía nuestras reacciones humanas ante la oposición.

El Reino de Dios no se impone por la fuerza, sino que se ofrece con amor.

 

 

 

 

domingo, 28 de septiembre de 2025

Evangelio del 29 de septiembre 2025 Juan 1, 47-51

 



En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?" Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".

 

Reflexión

Te vi cuando estabas debajo de la higuera”

Este momento revela la mirada penetrante de Cristo, que no solo ve lo externo, sino que conoce el corazón. La higuera, en la tradición judía, era símbolo de paz, estudio de la Ley, y comunión con Dios. Estar “debajo de la higuera” puede representar el anhelo espiritual de Natanael, su búsqueda sincera. Jesús lo vio allí: en su intimidad, en su oración, en su deseo de verdad.

La pregunta de Natanael es la de todo ser humano que se encuentra con Dios: ¿Cómo puedes conocerme tan profundamente? Jesús responde con una revelación que transforma la duda en fe. Natanael pasa de la incredulidad (“¿De Nazaret puede salir algo bueno?”) a la confesión: “Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”.

Este cambio muestra que el encuentro con Cristo no es solo racional, sino espiritual. Él nos conoce antes de que lo busquemos. Nos llama desde nuestra historia, desde nuestros anhelos más profundos.

sábado, 27 de septiembre de 2025

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250928

 



«No te seduzca la felicidad de quien se vestía de púrpura y banqueteaba a diario. Era orgulloso, impío; pensaba en cosas vanas y las deseaba. El día en que murió murieron sus pensamientos. Había a su pueda cierto mendigo de nombre Lázaro. Calló el nombre del rico e indicó el del mendigo. Dios calló el nombre tan pregonado del primero; sin embargo, dio a conocer el del segundo, silenciado por todos. No te extrañes. Dios leyó en alto lo que encontró escrito en su libro. Pues de los impíos está dicho: No serán inscritos en tu libro. Del mismo modo, cuando los Apóstoles se gloriaban de que en el nombre del Señor se les sometían los demonios, para que no se ensoberbecieran ni se jactaran de ello como los hombres, aunque se trataba de un hecho tan grande y de un poder tan notable, les dijo: No os alegréis de que los demonios se os sometan, alegraos más bien de que vuestros nombres están escritos en el cielo. Dios, morador del cielo, silenció el nombre del rico porque no lo halló escrito en el cielo; mencionó el del mendigo porque lo halló escrito allí; más aún, mandó que se escribiese. Pero mirad ahora al mendigo. A propósito de los pensamientos del rico impío, ilustre, que vestía púrpura y lino y banqueteaba a diario espléndidamente dije que con su muerte perecieron todos. En cambio, el mendigo Lázaro estaba a sus puertas, lleno de úlceras, pero venían los perros y lamían sus llagas. Aquí te quiero ver, cristiano: se ha expuesto cómo acabó uno y otro. Dios es poderoso para dar al cristiano la salud en esta vida, para sacarlo de la pobreza y para concederle lo necesario; y con todo, si la realidad fuese otra, ¿qué elegirías: ser como el pobre o ser como el rico? No te dejes engañar: escucha cuál fue el final de ambos y advierte cuál es la opción equivocada» (San Agustín [354-430]. Comentario al Salmo 1 45, 2).

viernes, 26 de septiembre de 2025

Evangelio del 27 de septiembre 2025 Lucas 9, 43-45

 



En aquel tiempo, como todos comentaban admirados los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: "Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

 

Reflexión

 

El texto presenta un contraste impactante. Mientras la gente se maravilla por los signos visibles del poder de Jesús, Él habla de su sufrimiento. Es una invitación a no quedarse en la superficie del espectáculo, sino a entrar en el misterio del amor sacrificial.

Jesús no oculta su destino. Lo anuncia con claridad, aunque los discípulos no lo entienden. Esto muestra cómo el camino de la fe implica un proceso de maduración, donde ciertas verdades solo se comprenden con el tiempo y la apertura del corazón.

Los discípulos tienen miedo de preguntar. ¿Miedo de la respuesta? ¿Miedo de enfrentar una realidad que no encaja con sus expectativas del Mesías? Este detalle revela cómo muchas veces el temor nos impide profundizar en lo que Dios quiere mostrarnos.

Jesús habla de un acto de amor; “Ser entregado” no es simplemente sufrir, sino ofrecerse. Jesús anticipa su pasión como un acto voluntario, una entrega que revela el corazón de Dios: amor hasta el extremo.

 

jueves, 25 de septiembre de 2025

Salmo 8


 

Evangelio del 26 de septiembre 2025 Lucas 9, 18-22

 



Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas, que ha resucitado”. Él les dijo: "Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?" Respondió Pedro: "El Mesías de Dios". Entonces Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie. Después les dijo: "Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día".

 

Reflexión

 

Este momento marca un giro en el ministerio de Jesús. Hasta aquí, ha sanado, enseñado, alimentado multitudes… pero ahora invita a sus discípulos a mirar más allá de los milagros y reconocer su identidad profunda. Pedro responde con fe: “Tú eres el Mesías de Dios”. Es una confesión poderosa, pero Jesús inmediatamente la matiza con una revelación desconcertante: el Mesías sufrirá, será rechazado, morirá y resucitará.

Este contraste entre gloria y sufrimiento nos confronta con una verdad esencial del cristianismo: el camino de Dios no siempre coincide con nuestras expectativas. El Mesías no viene con espada, sino con cruz. No conquista por fuerza, sino por amor sacrificial.

Vale la pena preguntarnos ahora ¿Quién es Jesús para mí hoy? No basta con repetir lo que otros dicen. La fe se vuelve real cuando respondemos personalmente.

¿Estoy dispuesto a seguir a un Mesías que sufre? La cruz no es solo símbolo de redención, sino también de camino. Seguir a Cristo implica abrazar el dolor del mundo con esperanza.

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Evangelio del 25 de septiembre 2025 Lucas 9, 7-9

 



En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pere Herodes decía: "A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?" Y tenía curiosidad de ver a Jesús.

 

Reflexión

Herodes, un hombre poderoso, se siente inquieto por la fama de Jesús. No puede ignorarlo. Esto nos recuerda que el mensaje de Cristo, cuando es auténtico y vivo, sacude incluso los corazones endurecidos. ¿Qué hay en Jesús que provoca tanta búsqueda, tanta confusión, tanta atracción?

Herodes pregunta de Jesús —“¿Quién es este?”— es la misma que cada discípulo, cada creyente, cada ser humano debe hacerse. ¿Es Jesús solo un profeta, un maestro, o es verdaderamente el Hijo de Dios que transforma vidas?

Herodes “procuraba verlo”, pero no para seguirlo, sino quizás por morbo, por miedo o por control. Su interés no nace de la fe, sino de la inquietud. Esto nos interpela: ¿Buscamos a Jesús por curiosidad o por deseo de conversión? ¿Queremos verlo o queremos seguirlo?

No basta con “oír hablar” de Jesús. Es necesario encontrarse con Él, dejarse transformar, y responder con fe. Que nuestra búsqueda no sea como la de Herodes, sino como la de los discípulos: profunda, sincera, y abierta al misterio del Reino.

martes, 23 de septiembre de 2025

Reflexión 20250921


 

Reflexión 20250928


 

Al Señor cantaré


 

Evangelio del 24 de septiembre 2025 Lucas 9, 1-6

 



En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos. Y les dijo: "No lleven nada para el camino: ni bastón, ni morral, ni comida, ni dinero, ni dos túnicas. Quédense en la casa donde se alojen, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si en algún pueblo no los reciben, salgan de ahí y sacúdanse el polvo de los pies en señal de acusación". Ellos se pusieron en camino y fueron de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y curando en todas partes.

 

Reflexión

 

Una vez más Cristo nos invita, como decía el Papa Francisco, a ser una Iglesia en salida. Es decir vivir hacia afuera. Salir al encuentro del otro, salir a cubrir las necesidades del otro, salir de nosotros mismos, salir de mi zona de confort, salir de mi mundo y entrar al mundo de otro que me necesita.

Salir a curar enfermos, yo no soy doctor, pero puedo orar por ellos, puedo hacer intercesión por ellos. ¿Cómo voy a expulsar un demonio? yo no tengo las facultades, yo no soy exorcista. Hay muchos demonios que no necesitan de un exorcismo: el demonio de la incredulidad, el demonio de la indiferencia, el demonio del materialismo, de la superficialidad.

Y ¿cómo salir? ¿cuáles son esas actitudes con las que Cristo nos invita a salir? Salir sin miedo, salir con decisión y confianza, salir con entusiasmo y fuerza, salir con alegría y esperanza.

 

lunes, 22 de septiembre de 2025

Evangelio del 23 de septiembre 2025 Lucas 8, 19-21



En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no podían llegar hasta donde él estaba porque había mucha gente. Entonces alguien le fue a decir: "Tu madre y tus hermanos están allá afuera y quieren verte". Pero él respondió: "Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica".

 

Reflexión

 

La respuesta de Jesús no es un rechazo a su familia biológica, sino una revelación profunda: la verdadera familia de Jesús se define por la fe y la obediencia a Dios.

Jesús amplía el concepto de familia más allá de los lazos sanguíneos. En su visión, la comunidad de creyentes que escucha y vive la Palabra de Dios se convierte en su familia. Esto es especialmente poderoso para quienes han sido excluidos, abandonados o marginados: en Cristo, todos tienen un lugar, todos son hermanos.

Jesús no dice “los que oyen la palabra” solamente, sino “los que la ponen en práctica”. Esto nos llama a una fe activa, encarnada en obras de justicia, compasión y verdad. La obediencia no es sumisión ciega, sino respuesta amorosa y comprometida.

En contextos de sufrimiento, pobreza o exclusión, no estás solo. Tu familia espiritual te abraza, te sostiene, te reconoce. La Iglesia —cuando vive esta verdad— se convierte en hogar para los huérfanos, los migrantes, los rechazados.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20250928


Cuando se diluyen los vínculos entre las personas aparece la insensibilidad. Los israelitas del tiempo de Amós vivían en una sociedad tan polarizada como la nuestra. Quienes disponían de mucha riqueza veían como extraños a los que carecían de esa. En palabras de los estudiosos de nuestra sociedad, somos un país dual, donde coexisten dos mundos que no se tocan. De un lado un estrecho sector que maneja una enorme cantidad de riquezas, del otro, una enorme cantidad de ciudadanos, que parecen no serlo, porque están desprovistos de oportunidades. El relato evangélico (Lc 16, 19-31)  señala la importancia de realizar cambios sociales en el momento oportuno. Una sociedad con inclusión y menos polarización es más habitable que una sociedad de tantos contrastes. Desde la óptica de la fe, los cristianos que disponemos de mejores oportunidades, tenemos la responsabilidad de traducir nuestra conciencia de fraternidad, apoyando iniciativas que promuevan la mejoría en las condiciones de vida de los menos favorecidos.


DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 28 de septiembre 2025

 



ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42

 

Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.

 

GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

 

Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros, para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

 

[Ustedes, los que lleven una vida disoluta, irán al destierro.]

Del libro del profeta Amos 6, 1a. 4-7

 

Esto dice el Señor todopoderoso: “¡Ay de ustedes, los que se sienten seguros en Sión y los que ponen su confianza en el monte sagrado de Samaria! Se reclinan sobre divanes adornados con marfil, se recuestan sobre almohadones para comer los corderos del rebaño y las terneras en engorda. Canturrean al son del arpa, creyendo cantar como David. Se atiborran de vino, se ponen los perfumes más costosos, pero no se preocupan por las desgracias de sus hermanos.

Por eso irán al destierro a la cabeza de los cautivos y se acabará la orgía de los disolutos”. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 145

R. Alabemos al Señor, que viene a salvarnos.

 

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R.

Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R.

A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R.

 

SEGUNDA LECTURA

 

[Cumple todo lo mandado, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.]

 

De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 6, 11-16

 

Hermano: Tú, como hombre de Dios, lleva una vida de rectitud, piedad, fe, amor, paciencia y mansedumbre. Lucha en el noble combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste tan admirable profesión ante numerosos testigos.

Ahora, en presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio tan admirable testimonio ante Poncio Pilato, te ordeno que cumplas fiel e irreprochablemente todo lo mandado, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, la cual dará a conocer a su debido tiempo Dios, el bienaventurado y único soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad, el que habita en una luz inaccesible y a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él todo honor y poder para siempre. Palabra de Dios.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 8, 9

R. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R. Aleluya.

 

EVANGELIO

 

[Recibiste bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza de consuelo, mientras que tú sufres tormentos.]

 

Del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.

Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.

Entonces gritó: "Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas". Pero Abraham le contestó: "Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá".

El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos". Abraham le dijo: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen". Pero el rico replicó: "No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán". Abraham repuso: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto”. Palabra del Señor.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIONES DE LOS FIELES

Oremos por todos los hombres para que a nadie falte nunca la ayuda de nuestra caridad:

 

Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.

 

Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la familia humana, roguemos al Señor.

 

Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que desean y -habiéndola encontrado- descansen contemplándola, roguemos al Señor.

 

Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en el pecado y nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.

 

Dios nuestro, que desconoces a quien -olvidándose de los necesitados- sólo se goza en las riquezas, concédenos que, al escuchar tu palabra, creamos que Cristo ha regresado verdaderamente de entre los muertos y nos recibirá, al término de nuestros días, en el seno de nuestro padre Abraham. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

 

PREFACIO

 

Historia de la salvación

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque naciendo, restauró nuestra naturaleza caída; padeciendo en la cruz, borró nuestros pecados; resucitando de entre los muertos, nos proporcionó el acceso a la vida eterna, y ascendiendo hasta ti, Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a la multitud de los ángeles y de los santos, te aclamamos, llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Concédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

 

En esto hemos conocido lo que es el amor de Dios: en que dio su vida por nosotros. Por eso también nosotros debemos dar la vida por los hermanos. (1 Jn 3, 16)

 

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Que este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al anunciarla, la hemos compartido. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 


domingo, 21 de septiembre de 2025

Evangelio del 22 de septiembre 2025 Lucas 8, 16-18

 



En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener".


Reflexión

 

Este pasaje es una llamada a la responsabilidad espiritual. No basta con recibir la luz: hay que mostrarla, vivirla, y multiplicarla. La fe no es un tesoro escondido, sino una llama que debe arder en lo alto. Y el oído espiritual no es pasivo: es el canal por donde entra la vida o se pierde la gracia.

La luz representa la revelación divina, la verdad del Evangelio, o incluso los dones espirituales que Dios nos ha confiado.

Cubrirla con una vasija o esconderla bajo la cama simboliza ocultar la fe, reprimir el testimonio, o negar la vocación.

El candelero es el lugar visible, elevado, donde la luz cumple su propósito: iluminar a otros.

Si has recibido entendimiento, fe o dones, no los ocultes por miedo, vergüenza o comodidad. Tu vida debe ser un testimonio visible.