lunes, 29 de septiembre de 2025

Evangelio del 30 de septiembre 2025 Lucas 9, 51-56

 



Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: "Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos? "Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.

 

Reflexión

 

Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén, sabiendo que Jerusalén sería el lugar de su pasión y muerte. No es una decisión casual, sino un acto consciente de entrega.

Aquí también se narra el rechazo de los samaritanos, quienes no quisieron recibirlo porque se dirigía a Jerusalén. La reacción de Santiago y Juan muestra una comprensión aún limitada del espíritu del Reino. Jesús los reprende, revelando que su camino no es de venganza ni de castigo, sino de misericordia.

La firmeza de Jesús en su decisión de ir Jerusalén nos invita a contemplar la fidelidad al llamado divino, incluso cuando implica sufrimiento.

Frente al rechazo de los samaritanos de recibir a Jesús, no responde con violencia, sino con compasión. Esto desafía nuestras reacciones humanas ante la oposición.

El Reino de Dios no se impone por la fuerza, sino que se ofrece con amor.

 

 

 

 

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