domingo, 28 de septiembre de 2025

Evangelio del 29 de septiembre 2025 Juan 1, 47-51

 



En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?" Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".

 

Reflexión

Te vi cuando estabas debajo de la higuera”

Este momento revela la mirada penetrante de Cristo, que no solo ve lo externo, sino que conoce el corazón. La higuera, en la tradición judía, era símbolo de paz, estudio de la Ley, y comunión con Dios. Estar “debajo de la higuera” puede representar el anhelo espiritual de Natanael, su búsqueda sincera. Jesús lo vio allí: en su intimidad, en su oración, en su deseo de verdad.

La pregunta de Natanael es la de todo ser humano que se encuentra con Dios: ¿Cómo puedes conocerme tan profundamente? Jesús responde con una revelación que transforma la duda en fe. Natanael pasa de la incredulidad (“¿De Nazaret puede salir algo bueno?”) a la confesión: “Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”.

Este cambio muestra que el encuentro con Cristo no es solo racional, sino espiritual. Él nos conoce antes de que lo busquemos. Nos llama desde nuestra historia, desde nuestros anhelos más profundos.

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