viernes, 26 de septiembre de 2025

Evangelio del 27 de septiembre 2025 Lucas 9, 43-45

 



En aquel tiempo, como todos comentaban admirados los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: "Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

 

Reflexión

 

El texto presenta un contraste impactante. Mientras la gente se maravilla por los signos visibles del poder de Jesús, Él habla de su sufrimiento. Es una invitación a no quedarse en la superficie del espectáculo, sino a entrar en el misterio del amor sacrificial.

Jesús no oculta su destino. Lo anuncia con claridad, aunque los discípulos no lo entienden. Esto muestra cómo el camino de la fe implica un proceso de maduración, donde ciertas verdades solo se comprenden con el tiempo y la apertura del corazón.

Los discípulos tienen miedo de preguntar. ¿Miedo de la respuesta? ¿Miedo de enfrentar una realidad que no encaja con sus expectativas del Mesías? Este detalle revela cómo muchas veces el temor nos impide profundizar en lo que Dios quiere mostrarnos.

Jesús habla de un acto de amor; “Ser entregado” no es simplemente sufrir, sino ofrecerse. Jesús anticipa su pasión como un acto voluntario, una entrega que revela el corazón de Dios: amor hasta el extremo.

 

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