miércoles, 31 de julio de 2024

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240804

 

Hace casi 60 años el Concilio Vaticano Segundo se lamentaba de que el ateísmo era uno de los problemas más graves de su tiempo (Gaudium el spes, n. 19). Hoy el problema parece todavía más agudo, porque los sondeos indican que el número de personas que no creen en Dios ha aumentado notablemente. Aunque la falta de fe puede ser un pecado individual, como se la consideraba en el pasado, es preciso recordar la convicción del Vaticano II de que el ateísmo va más allá de un pecado individual. Se ha convertido en un fenómeno masivo en que las personas nacen y llegan a considerar algo completamente normal. Tenemos que analizar sus formas precisas en nuestras comunidades para saber cómo responder. Uno podría recorrer las calles predicando con valentía la fe, pero si no es una respuesta adecuada al ateísmo de los oyentes, tal predicación no vale mucho.


EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240804

 


«Tras el sacramento del milagro, Jesús añade un sermón para, si es posible, alimentar a quienes ya habían sido alimentados, y con las palabras saciar las mentes de aquellos cuyos vientres sació de pan; pero sí comprenden; y, si no comprenden, para que no perezcan los fragmentos se recogerá lo que no entienden. Hable, pues, y escuchemos: Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque visteis signos, sino porque comisteis de mis panes. Me buscáis por la carne, no por el espíritu. [...] Me buscáis no porque visteis signos, sino porque comisteis de mis panes. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que permanece para vida eterna. Me buscáis a mí por otra cosa; buscadme por mí. Por cierto, se insinúa a sí mismo como ese alimento que más adelante aclara él: el que os dará el Hijo del hombre. Creo que aguardabas comer de nuevo panes, recostarte de nuevo, saciarte de nuevo. Pero había dicho: No el alimento que perece, sino el que permanece para vida eterna, como se había dicho a aquella mujer samaritana: Si supieras quién te pide de beber, quizá le hubieses pedido a él y te daría agua viva, cuando ella dijo: ¿Cómo tú, si no tienes cubo y el pozo es hondo? Respondió a la samaritana: Si supieras quién te pide de beber, tú le hubieses pedido a él y te daría un agua gracias a la cual quien la bebiere no tendrá más sed, porque quien bebiere de esta agua tendrá sed de nuevo. Ella se alegró y, la que se fatigaba por el esfuerzo de sacarla, quiso recibirla como para no padecer sed corporal; y así, entre conversaciones de esta índole, llegó al pozo espiritual; también aquí sucede absolutamente de este modo» (San Agustín [354-430]. Evangelio de Juan. Tratado 25, 10-11

DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 4 de agosto 2024

 


  
LA FE, QUE NUTRE NUESTRA EXISTENCIA CRISTIANA

Éx 16,2-4.12-15; Sal 78; Ef 6,17-20. 24; Jn 6, 24-35
 
La primera lectura y el Evangelio de hoy parecen referirse al maná en el desierto y, más profundamente, a la Eucaristía. Es cierto que estos son algunos de los múltiples temas contenidos en ellos. Sin embargo, si tomamos en cuenta los versículos precisos que forman nuestras lecturas, vemos que hay un tema principal que resalta sobre los demás: la fe nutre nuestra existencia. Por ejemplo, en Éxodo: mientras que el maná es una manifestación de la providencia de Dios, el problema fundamental no es la necesidad de alimentos, sino la confianza en Dios. Así lo hacen ver Moisés y Aarón; el pueblo ha murmurado, no contra ellos sino contra el Señor. En Juan: Jesús contesta la pregunta de la multitud afirmando que la obra de Dios es la fe, es decir, "que crean en Aquél que Dios ha mandado" (v. 29).
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 69, 2. 6
 
Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Ayuda, Señor, a tus siervos, que imploran tu continua benevolencia, y ya que se glorían de tenerte como su creador y su guía, renueva en ellos tu obra creadora y consérvales los dones de tu redención.
Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Voy a hacer que llueva pan del cielo.
 
Del libro del Éxodo: 16, 2-4. 12-15
 
En aquellos días, toda la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: "Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud".
Entonces dijo el Señor a Moisés: "Voy a hacer que llueva pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita, pues quiero probar si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles de parte mía: 'Por la tarde comerán carne y por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios'.
Aquella misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campamento. A la mañana siguiente había en torno a él una capa de rocío que, al evaporarse, dejó el suelo cubierto con una especie de polvo blanco semejante a la escarcha. Al ver eso, los israelitas se dijeron unos a otros: "¿Qué es esto?", pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: "Este es el pan que el Señor les da por alimento". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 77, 3. 4bc. 23-24. 25. 54.
R/. El Señor les dio pan del cielo.
 
Cuanto hemos escuchado y conocernos del poder del Señor y de su gloria, cuanto nos han narrado nuestros padres, nuestros hijos lo oirán de nuestra boca. R/.
 
A las nubes mandó desde lo alto que abrieran las compuertas de los cielos; hizo llover maná sobre su pueblo, trigo celeste envió como alimento. R/.
 
Así el hombre comió pan de los ángeles; Dios le dio de comer en abundancia y luego los condujo hasta la tierra y el monte que su diestra conquistara. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Revístanse del nuevo yo, creado a imagen de Dios.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4, 17. 20-24
 
Hermanos: Declaro y doy testimonio en el Señor, de que no deben ustedes vivir como los paganos, que proceden conforme a lo vano de sus criterios. Esto no es lo que ustedes han aprendido de Cristo; han oído hablar de Él y en Él han sido adoctrinados, conforme a la verdad de Jesús. Él les ha enseñado a abandonar su antiguo modo de vivir, ese viejo yo, corrompido por deseos de placer. Dejen que el Espíritu renueve su mente y revístanse del nuevo yo, creado a imagen de Dios, en la justicia y en la santidad de la verdad.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Aleluya, aleluya.
 
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
 
EVANGELIO
 
El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 24-35
 
En aquel tiempo, cuando la gente vio que en aquella parte del lago no estaban Jesús ni sus discípulos, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste acá?" Jesús les contestó: "Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios?" Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien Él ha enviado". Entonces la gente le preguntó a Jesús: "¿Qué signo vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo".
Jesús les respondió: "Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo".
Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Invoquemos, hermanos, a Dios Padre, pidámosle que escuche nuestras oraciones y roguémosle con fe que venga en auxilio de nuestras necesidades, digamos confiadamente: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Oremos por el Papa N., por nuestro obispo N., por todos los obispos y sacerdotes, para que el Señor los haga santos y les conceda el espíritu de sabiduría a fin de que proclamen con rectitud la verdadera palabra. Roguemos al Señor.
 
Oremos por los que están lejos de sus hogares, por los viajeros, por los que se encuentran en peligro, para que el Señor les conceda un ángel que los proteja y los aleje de todo mal. Roguemos al Señor.
 
Oremos por los hombres de todos los pueblos y de todas las religiones, para que el Señor les revele su bondad y dirija su camino hacia el conocimiento de la verdad plena. Roguemos al Señor.
 
Oremos por nuestros hermanos que han muerto en el Señor; que Dios perdone sus pecados, acoja sus almas junto a él y los conduzca al lugar del descanso, de la luz y de la paz. Roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que has confiado al hombre las riquezas inmensas de la creación, escucha las oraciones de tu Iglesia y no permitas que falte a ninguno de tus hijos el pan de cada día, y suscita en nosotros el deseo de tu palabra, para que podamos saciar aquella hambre de verdad que tú mismo infundes en nuestros corazones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Santifica, Señor, por tu piedad, estos dones y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, conviértenos para ti en una perenne ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
Prefacio
 
Nuestra Humanidad salvada por la humanidad de Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios poderoso y eterno. Porque reconocemos como la obra de tu poder admirable no sólo haber socorrido nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sino también el haber previsto el remedio de nuestra misma naturaleza mortal, y así con lo que fue la causa de nuestra ruina, con eso mismo nos diste la salvación, por Cristo, Señor nuestro. Por Él, los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sab 16. 20
 
Nos has enviado, Señor, pan del cielo, que encierra en sí toda delicia, y satisface todos los gustos.
 
 
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
 
Acompaña, Señor, con tu permanente auxilio, a quienes renuevas con el don celestial, y a quienes no dejas de proteger, concédeles ser cada vez más dignos de la eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 


Evangelio del 1 de agosto 2024 Mateo 13, 47-53

 


 

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

 

¿Han entendido todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí". Entonces él les dijo: "Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas".

 

Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó de allí.

 

Reflexión

 

Jesús termina esta sección de parábolas recordándonos la importancia de vivir de acuerdo con lo que él mismo nos ha ido instruyendo, pues, si bien es cierto que no sabemos cuándo llegará el final del tiempo para toda la humanidad, sabemos con certeza que éste llega para cada uno de nosotros, el día en que el Señor nos llama.

 

En ese día no habrá excusas, solo resultados; separará a los que vivieron de acuerdo con los valores del Evangelio de quienes se negaron y rechazaron la vida evangélica. Cada día es una nueva oportunidad que Dios nos da para amar, para perdonar, para servir a los demás, para hacer de nuestra vida un instrumento de su gracia y, sobre todo, para dejar que su amor y su infinita misericordia nos inunden y transformen.

 

El único día que tenemos es el de hoy; ayer ya pasó y el mañana aún está en las manos de Dios; vivamos el hoy con entusiasmo y apertura al Espíritu Santo.

martes, 30 de julio de 2024

Evangelio del 31 de julio 2024 Mateo 13, 44-46

 



En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.

 

El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra".

 

Reflexión

 

En esta sección de su evangelio, Mateo coleccionó una serie de parábolas de Jesús en las que ilustra lo que significa el Reino. En este par de parábolas, nos deja ver que el Reino es algo tan maravilloso que, quien lo descubre, podríamos hoy decir, quien lo experimenta, tiene por "basura", como dirá san Pablo, todo lo demás.

 

Quien ha tenido la experiencia de Dios, quien ha experimentado que Dios le ama, se da cuenta que la vida en su amor, la vida en el Reino, es la única que vale la pena vivirse, es tal la felicidad, la paz, el gozo que experimenta viviendo en el Reino, que desprecia sufrimientos, humillaciones y hasta la vida misma, con tal de permanecer en él. La vida vivida en Jesús, por medio del Espíritu Santo, es decir, la vida del Reino, es tan hermosa que nada se puede comparar a ella.

 

Si hoy el mundo continúa fascinado con los placeres, la moda y otras vanidades, es porque no ha descubierto esta perla preciosa, es porque no se ha dejado seducir por el amor de Dios, es porque no ha probado la vida que ofrece el Evangelio. Si tú todavía no la has vivido, si todavía no la has experimentado, pídele en tu oración a Jesús el poder descubrir esa perla, ese tesoro, pues esto cambiará totalmente tu vida.

lunes, 29 de julio de 2024

Evangelio del 30 de julio 2024 Mateo 13, 36-43

 


 En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo".

 

Jesús les contestó: "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

 

Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".

 

Reflexión

 

Si hemos ido siguiendo la liturgia de los últimos días, notaremos que no hay una continuidad en ella.

 

Esto es debido a que la liturgia sólo toma los pasajes que nos van conduciendo a lo largo del mensaje evangélico, pero omite algunos elementos que son importantes. Por ello, queremos insistirles en la necesidad de seguir nuestra lectura diaria de la Escritura y no de los misales (o de este mismo servicio), los cuales están organizados de manera litúrgica y que, por lo tanto, en ocasiones saltan algunos pasajes como es el caso de cuando se atraviesan fiestas especiales u omiten algunos versículos para centrar la reflexión sólo en algunos pasajes de Jesús.

 

Si verdaderamente queremos entender mejor y tener, no sólo el texto sino también el contexto, es necesario hacer nuestra lectura directamente desde nuestra propia Biblia. Esto, además, nos permite tomar algunas notas, subrayar algunas ideas importantes y sobre todo, ir directamente al texto, al cual más adelante nos podremos referir. Cada cristiano debe tener su propia Biblia, ¿tú ya tienes la tuya?

domingo, 28 de julio de 2024

Texto bíblico Rm 12, 1-2

 

Texto bíblico

Rm 12, 1-2

“Por lo tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer.

No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto”.

 

 

Reflexión

 

Este pasaje nos invita a ofrecer nuestros cuerpos como un sacrificio vivo, dedicado a Dios. Al renovar nuestra mente y discernir su voluntad podemos vivir de acuerdo con lo que agrada a Él.

 

¿Cómo podemos lograr esto en nuestra vida diaria?

Considerando nuestro cuerpo como un regalo de Dios. Cuídalo, manteniendo una buena salud física y emocional.

Usando nuestras habilidades y dones para servir a los demás. Nuestra vida debe ser un testimonio vivo.

Buscando la dirección divina en nuestras decisiones. ¿Qué agrada a Dios en cada situación?

Siendo conscientes de las influencias negativas y buscar la santidad en nuestras elecciones diarias.

Alimentando nuestra mente con la Palabra de Dios. Leyendo la Biblia, meditado en sus enseñanzas y buscar comprender la voluntad de Dios.

Orando, pidiendo a Dios que transforme nuestros pensamientos y actitudes.

Aprediendo a decir “no” a lo que no es conforme a su voluntad y “sí” a lo que es bueno y perfecto.

Tengamos en cuenta que este proceso es gradual y requiere esfuerzo constante. La clave está en vivir conscientemente para Dios en cada área de tu vida.

 


Evangelio 29 de julio 2024 Juan 11, 19-27

 


 

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas."

 

Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará." Marta respondió: "Ya sé que resucitará en la resurrección del último día." Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?" Ella le contestó: "Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, el que tenía que venir al mundo."

 

Reflexión

 

Este pasaje de san Juan nos muestra cómo se debe actuar ante la desilusión religiosa. Muchas veces, nosotros pensamos igual que Marta: “Si tú hubieras estado, mi esposo no habría perdido el trabajo, mi hijo estaría vivo, esta enfermedad no hubiera azotado a nuestra familia.” Y en ese momento viene a nosotros la gran tristeza, la gran desilusión que muchas veces nos acompañará durante toda la vida, robándonos la felicidad, y alejándonos de Dios, y con ello, de la paz y del verdadero amor.

 

Marta nos muestra hoy que, el que las cosas no sean o hayan sido como “ella” esperaba, esto no significa que no vayan a ser como finalmente más conviene a los planes de Dios, que siempre son fuente de bendición y de paz para todos. Nuestro problema es que siempre esperamos que Dios haga las cosas como a “nosotros” nos parece que deberían ser hechas. Y Dios no siempre lo piensa así, pues él ve los corazones y el bienestar de todos, no sólo el nuestro. Finalmente, el plan de Dios no es sanarnos, sino llevarnos a la vida eterna y para ello es necesario, como hoy lo vemos en Marta, hacer una confesión de fe en Jesús como Señor y Mesías.

 

Cuando ponemos nuestros planes y proyectos en Dios, todo se transforma en paz y serenidad. Sabemos que Dios nos ama, como amaba a esta familia y que si ha ocurrido así, no es porque no supiera de nuestras necesidades, sino porque así convenía a su proyecto, al proyecto de Dios para la salvación de todos los hombres. Confía en él, realmente Jesús es el Mesías salvador.

jueves, 25 de julio de 2024

Texto bíblico Salmo 144, 3

 

Texto bíblico Salmo 144, 3

 

“Señor, ¿qué es el hombre para que tú lo cuides, y el ser humano, para que pienses en él?”

 

 

Reflexión

 

Meditación sobre la grandeza de Dios y la aparente insignificancia del ser humano en comparación. Aunque somos criaturas frágiles y limitadas, Dios nos cuida y piensa en nosotros. Es un recordatorio de la relación especial entre lo divino y lo humano.

Evangelio del 26 de julio 2024 Mateo 13, 18-23

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.

 

Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.

 

Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto.

 

En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta".

 

Reflexión

Son muchos, miles tal vez, los que cada domingo -al menos- escuchan la Palabra de Dios durante la Misa dominical, son muchos los que reciben la semilla del Evangelio.

 

Sin embargo, es triste constatar que en nuestro mundo, no se ven muchos frutos evangélicos. Para muchos de nuestros cristianos se aplica la primera parte de esta parábola, pues son muchos los que no ponen atención en la misa, que van a misa sólo "por cumplir", que no se toman la molestia de leer la hojita o el libro para reflexionar en la Palabra.

 

Son muchos los que aun habiéndola escuchado, no les interesa vivirla; otros más, son los que quisieran vivirla, pero las invitaciones de los amigos, las tentaciones del confort, los puestos superiores y otras vanidades del mundo, impiden que den fruto.

 

Son verdaderamente pocos a los que se aplica hoy en día el final de la parábola, son pocos los que abren totalmente su corazón al Evangelio y que buscan encontrar la manera de hacerlo vida, que buscan comprenderlo, más que con la cabeza, con el corazón.

 

Dios nos ha llamado a dar fruto, la tierra de nuestro corazón es tierra buena, apartemos de nuestra vida todo aquello que pueda impedir que la semilla del Evangelio dé fruto. Esforcémonos por ser de los que llenan de fruto la vida, y más aún, de los que hacen que este fruto permanezca.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240728

 


«Los milagros que hizo nuestro Señor Jesucristo son obras ciertamente divinas y estimulan a la mente humana a comprender a Dios a partir de lo visible. De hecho, porque él no es sustancia tal que los ojos puedan ver, y sus milagros, con que rige el mundo entero y gobierna toda la creación, por su frecuencia se han depreciado hasta el punto de que casi nadie se digna observar en cualquier grano de semilla las admirables y asombrosas obras de Dios, según esa misericordia misma suya se ha reservado ciertas obras para realizarlas en tiempo oportuno, fuera del curso y orden normales de la naturaleza, para que, aquellos para quienes se han depreciado las cotidianas, se queden estupefactos al ver otras no mayores, sino insólitas. En efecto, mayor milagro es el gobierno del mundo entero que saciara cinco mil hombres con cinco panes y empero nadie se asombra de aquello; se asombran de esto los hombres no por ser mayor, sino por ser raro. ¿Quién, en efecto, alimenta ahora al mundo entero, sino quien de pocos granos crea las mieses? Obró, pues, como Dios, ya que, con lo que de pocos granos multiplica las mieses, con eso multiplicó en sus manos lo cinco panes. La potestad estaba, en efecto, en las manos de Cristo; en cambio, los cinco panes eran cual semillas, no ciertamente echadas en tierra, sino multiplicadas por quien hizo la tierra. Esto, pues, se acercó a los sentidos para levantar la mente, y se mostró a los ojos para aguijonear la inteligencia, para que admirásemos mediante las obras visibles al invisible Dios y, erguidos hacia la fe y purgados por la fe, deseásemos ver invisiblemente al Invisible que a partir de las cosas visibles habíamos conocido» (San Agustín [354-430]. Evangelio de Juan. Tratado 24, l).

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 28 de julio 2024

 


 

CONOCIENDO A JESÚS


2 Re 4, 32-44; Sal 144; Ef 4, 1-6; Jn 6, 1-15
 
El Evangelio que se nos ha dado este domingo ofrece otro elemento para contestar la pregunta que es fundamental en esta sección de Juan (2, 1-12, 50) y es igualmente fundamental para todos los cristianos: ¿Quién es Jesús? El elemento que resalta en este Evangelio es que Jesús se parece a Moisés, el gran líder y profeta. Como Moisés subió la montaña de Sinaí (Éx 19,3), Jesús "subió a la montaña" (v. 3). Como Moisés en el desierto (Éx 16, 1-36) y después de él, Elías en nuestra primera lectura, Jesús alimentó milagrosamente al pueblo hambriento (vv. 11-13). Sin embargo, el Evangelio nos dice también que Jesús es superior a Moisés porque hace todas estas cosas por su propia iniciativa. Mientras que Jesús está en continuidad con la historia de Israel, es también un salto infinito hacia adelante.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 67, 6. 7. 36
 
Dios habita en su santuario; él nos hace habitar juntos en su casa; es la fuerza y el poder de su pueblo.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti, nada es fuerte, ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia para que, bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos ahora de los bienes pasajeros, que nuestro corazón esté puesto en los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Comerán y todavía sobrará.
 
Del segundo libro de los Reyes 4, 42-44
 
En aquellos días, llegó de Baal-Salisá un hombre que traía para el siervo de Dios, Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno en espiga. Entonces Eliseo dijo a su criado: "Dáselos a la gente para que coman". Pero él le respondió: "¿Cómo voy a repartir estos panes entre cien hombres?". Eliseo insistió: "Dáselos a la gente para que coman, porque esto dice el Señor: 'Comerán todos y sobrará'". El criado repartió los panes a la gente; todos comieron y todavía sobró, como había dicho el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 144, 10-11. 15-16. 17-18.
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
 
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
 
A ti, Señor, sus ojos vuelven todos y tú los alimentas a su tiempo. Abres, Señor, tus manos generosas y cuantos viven quedan satisfechos. R/.
 
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor de quien lo invoca. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Un solo cuerpo, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4,1-6
 
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz.
Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
 
Un gran profeta ha surgido entre nosotros, Dios ha visitado a su pueblo. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.
 
Del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15
 
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?". Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues Él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero ¿qué es eso para tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos. Entonces la gente, al ver el signo que Jesús había hecho, decía: "Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Pidamos, hermanos, el auxilio del Espíritu Santo, para que inspire nuestras oraciones y ruegue con nosotros por las necesidades del mundo, respondiendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Para los que empiezan a conocer a Cristo y desean la gracia del bautismo y para que los que preparan el bautismo de sus hijos, pidamos el favor de Dios todopoderoso.
 
Para nuestra ciudad (nuestro pueblo), para todos los que habitan en ella (él), y para todos los pueblos y naciones, pidamos al Señor paz y prosperidad abundantes.
 
Para los que persiguen a la Iglesia y para los pecadores que viven intranquilos, pidamos la luz del Espíritu y la gracia de la conversión.
 
Por los que estamos aquí reunidos y por aquellos por los que queremos rezar, pidamos al Señor que nos guarde a todos en la fe y nos reúna en el reino de su Hijo.
 
Señor, Dios todopoderoso, que cada domingo nos invitas a participar del pan vivo bajado del cielo, escucha nuestras oraciones y haz que, en el amor de Cristo, compartamos nuestro pan terreno, para que quede satisfecha toda hambre, tanto del cuerpo como del Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Recibe, Señor, los dones que por tu generosidad te presentamos, para que, por el poder de tu gracia, estos sagrados misterios santifiquen toda nuestra vida y nos conduzcan a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 102, 2
 
Bendice alma mía al Señor, y no te olvides de tus beneficios.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Habiendo recibido, Señor, el sacramento celestial, memorial perpetuo de la pasión de tu Hijo, concédenos que este don, que él mismo nos dio con tan inefable amor, nos aproveche para nuestra salvación eterna. Él, que vive reina por los siglos de los siglos.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240728

 

Cuando leemos relatos bíblicos, como la multiplicación de los panes, naturalmente pensamos en la Eucaristía. Como se lee en dichos relatos, la Eucaristía es un alimento que satisface nuestra hambre de manera milagrosa y maravillosa y es un signo de la abundancia de la vida que Dios nos otorga generosamente. No obstante, cuando leemos tales relatos, no podemos dejar de pensar sólo en la Eucaristía, aunque es un don de valor infinito. Si pensáramos así, seríamos como las multitudes que siguieron a Jesús única y egoístamente porque satisfizo sus necesidades. Tenemos que leer estos relatos intentando entender a Cristo mismo, que nos da el Sacramento Eucarístico y también otros dones, pero Él es el mejor don de Dios. Como dice San Agustín, un día desaparecerán las Escrituras y los sacramentos, pero nunca desaparecerá Cristo.

miércoles, 24 de julio de 2024

Cultiva un corazón alegre - Tommy's Window Español

Evangelio del 25 de julio 2024 Mateo 20, 20-28.


Evangelio del 25 de julio 2024

   

Mateo 20, 20-28.

 

Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?". Ella respondió: "Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó: "No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?". Ellos contestaron: "Sí podemos". Y Él les dijo: "Beberán el cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado".

 

Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos".

 

Reflexión

Una de las imperfecciones que causan mucho retraso en la vida espiritual y que se mezclan de manera muy sutil en nuestra vida, es la envidia.

 

Es increíble que, aún como cristianos, no sepamos alegrarnos de los bienes y de las bendiciones que reciben nuestros hermanos, sino que, en ocasiones, incluso sentimos hasta coraje de que Dios los haya bendecido. Y esto no sólo en el plano económico sino, como nos lo presenta hoy el Evangelio, en el ámbito social, que se extiende al religioso. Esto, como nos lo dice Jesús, es entendible que se presente entre los paganos, en los que no están llenos del amor de Dios pero ¿en nosotros? lógicamente esto genera críticas y enemistades.

 

Qué diferente sería nuestra vida, si al ver que uno de nuestros hermanos recibe una bendición, diéramos gracias a Dios por ser bueno, aun con los que "según nosotros" no merecerían tal o cual favor; o si en lugar de entristecernos, nos alegráramos al compartir la felicidad de quien se ha visto favorecido con un don o con una gracia; si en lugar de desacreditar a nuestro hermano, buscando todos sus defectos, reconociéramos que nosotros no somos mejores y que Dios, como Padre bueno da a cada uno, no como merece sino sobre la base de su infinito amor, seguramente nuestra vida estaría llena de paz y de alegría. Cambia tu actitud y "verás qué bueno es el Señor". 

Texto bíblico Jer 1, 5

 

Texto bíblico 

Jer 1, 5

«Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones».

 

Reflexión

 

Es un versículo que destaca la idea de la predestinación y la conexión especial entre Dios y el profeta Jeremías.

Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por tanto establece su designio eterno de "predestinación" incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia en su plan para la salvación de la humanidad.




martes, 23 de julio de 2024

Texto bíblico Ap 5, 12

 


Texto bíblico


Ap 5, 12

 


«El Cordero que ha sido inmolado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza».

 



Reflexión

 

Esta es una exaltación y adoración del Cordero (que simboliza a Jesucristo) como digno de toda alabanza y honor. Es un pasaje significativo en la teología cristiana y resalta la centralidad de Jesús en la redención y la adoración eterna.

 

Evangelio del 24 de julio 2024 Mateo 13, 1-9

 


Evangelio del 24 de julio 2024

   

Mateo 13, 1-9

 

Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:

 

"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos que oiga".

 

Reflexión

 

Quisiera que centráramos nuestra reflexión de hoy en el hecho de que Jesús se sentó para enseñarle a la gente. Una de las cosas que está perdiendo nuestra generación es la capacidad de estar a solas con Jesús, la capacidad de sentarse con Jesús a la orilla del lago y escuchar su enseñanza sin prisa.

 

Nuestro mundo agitado nos mete en un torbellino de actividades en donde, si acaso dedicamos algo de nuestra jornada a la oración y la escucha del Señor en su palabra, la mayoría de las veces es a la carrera. Me gusta imaginarme esta escena en donde la gente, sin prisa, se sentó a la orilla del mar a escuchar con atención las palabras de vida que el Maestro les anunciaba.

 

Quizás no puedas hacerlo todos los días, pero al menos, de vez en cuando, date tiempo para estar a solas con Jesús. Toma tu Biblia y sal a dar un paseo; busca un lugar tranquilo y ahí, en el silencio de tu corazón, y sin prisas, escucha la voz del Maestro, escucha su palabra. Te aseguro que regresarás a tu casa lleno de vida y del amor de Dios.

lunes, 22 de julio de 2024

Evangelio del 23 de julio 2024 Mateo 12, 46-50

 


Evangelio del 23 de julio 2024

   

Mateo 12, 46-50

 

En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús: "Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo".

 

Pero él respondió al que se lo decía: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre".

 

Reflexión

 

Este pasaje (y sus paralelos en Lucas y Marcos) es conocido como "la verdadera familia de Jesús".

 

Algunas interpretaciones equivocadas buscan ver en este pasaje un rechazo de Jesús hacia María y hacia su familia. La verdad es que Jesús aprovecha la visita de su Madre y de sus parientes (en otra oportunidad hablaremos de la palabra hermanos en la Biblia) para instruir a sus discípulos: la verdadera familia de Jesús no es únicamente la que lo une por los lazos de sangre, pues éstos se rompen con la muerte e incluso puede haber algunos que, aun teniendo la misma sangre, decidan no seguir la voluntad del Padre.

 

La verdadera familia es la que vive conforme al Evangelio, es la que ha sido adoptada por el Padre como hijos por medio del Espíritu Santo. Él, como Hijo del Padre, ve que sus hermanos deben de ser también hijos de Dios. Esto de ninguna manera es un desprecio ni para sus parientes y mucho menos para su madre, la cual, si por algo se distinguió en la vida, fue por hacer la voluntad de Dios.

 

De acuerdo con esto, nuestro parentesco con Jesús se refuerza en la medida en que nos aplicamos en hacer la voluntad del Padre, que no es otra que, la de vivir conforme al Evangelio. Recordemos que en otro pasaje ya nos había dicho: "No todo el que me dice: Señor, Señor se salvará, sino el que hace la voluntad del Padre". Apliquemos, pues, hoy todo nuestro día en vivir de acuerdo con el Evangelio.

domingo, 21 de julio de 2024

Texto bíblico. (Hch 4, 11).

Texto bíblico. 

(Hch 4, 11).


“Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular”

 

Reflexión


En el contexto cristiano, se refiere a Jesús como la piedra fundamental o central cabeza del ánguloen la construcción de la fe y la comunidad de creyentes. En el versículo 12, se afirma que “en ningún otro hay salvación”, subrayando que su sacrificio y resurrección son la clave para nuestra redención. 

Evangelio del 22 de julio 2024 Juan 20, 1-2. 11-18

 


Evangelio del 22 de julio 2024

   

Juan 20, 1-2. 11-18

 

El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".

 María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: "¿Por qué estás llorando, mujer?" Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto".

Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?" Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús le dijo: "¡María!" Ella se volvió y exclamó: "¡Rabbuní!", que en hebreo significa "maestro". Jesús le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: “Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios” ".

María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje.

 

 

Reflexión

 

Este pasaje nos ilustra cómo, quien ha tenido una experiencia de Jesús resucitado, se convierte inmediatamente en testigo de la Resurrección y, con ello, en evangelizador. La palabra que usa el griego para la acción realizada por María Magdalena al ir a anunciar es "Angellousa" - que viene de "ángel" y que identifica a los "portadores de noticias de parte de Dios"-.

María ha sido capaz de reconocer en ese "jardinero" la presencia real de Cristo. Él la ha llamado por su nombre y ella le ha dicho: Maestro. Mucha gente piensa que pasar una hora delante del Santísimo Sacramento es pérdida de tiempo (algunos ni se lo han propuesto). Es ahí en donde, delante del misterio, el hombre puede llegar a reconocer en ese pedacito de pan la presencia real de Jesús y, con ello, convertirse también en un "ángel", en un portador y anunciador de buenas noticias para los hermanos.Necesitamos llenar nuestras oficinas, nuestras escuelas, nuestros barrios de "ángeles", de hombres y mujeres que, como María Magdalena, puedan decir: Jesús está vivo, yo lo he visto y ha cambiado mi vida y si lo que hizo conmigo, lo puede hacer también contigo.