Evangelio del 30 de septiembre 2024 Lucas 9, 46-50
Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el
más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a
un niño, lo puso junto a sí y les dijo: "El que reciba a este niño en mi
nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha
enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése es el más
grande".
Entonces, Juan le dijo: "Maestro, vimos a uno que estaba
expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda
con nosotros". Pero Jesús respondió: "No se lo prohíban, pues el que
no está contra ustedes, está en favor de ustedes".
Reflexión
Uno de los elementos más importantes del evangelio es el ir adoptando
los criterios de Jesús.
Mientras que nuestra vida, mediante todos sus "maestros",
busca aleccionarnos sobre los criterios que se deben tomar para llegar a ser
felices, Jesús, único maestro del cristiano, nos muestra en su evangelio lo que
verdaderamente puede llevar al hombre a la felicidad. Hoy ilumina el área de
nuestras aspiraciones y de nuestro trato con él. Y así, mientras que el mundo
nos insiste en el poder, estatus, sabiduría, etc., Jesús cambia el criterio y
presenta a un niño, que en la comunidad judaica no tenía ningún valor, era el
elemento más pequeño en la escala social, que necesita de todos en todos los
sentidos, el más indefenso, y afirma que para él será verdaderamente grande
quien se siente necesitado como un niño y se deja amar y abrazar por él.
Será también grande quien es capaz de renunciar a los
"privilegios" que puede tener, con el fin de servir a los
necesitados, a los que no tienen voz, a los marginados, a los que son como
niños en la comunidad. Queda así claro cuáles son sus preferencias y por lo
tanto, cuáles deben ser las preferencias de los discípulos. ¿Cómo cuadran estas
preferencias de Jesús con tu vida?
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