Evangelio del 2 de octubre 2024 Mateo 18, 1-5. 10
En cierta ocasión, los discípulos
se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es más grande en el Reino
de los cielos?"
Jesús llamó a un niño, lo puso en
medio de ellos y les dijo: "Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y
no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues,
quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los
cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.
Cuidado con despreciar a uno de
estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven
continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.
Reflexión
En nuestro mundo tecnificado, es
difícil aceptar la existencia de un mundo espiritual, de un mundo que no es
tangible ni medible. Este campo pertenece sólo a la fe y a la fe de los
"pequeños", de los que son como niños.
Y es que los pequeños ven las
cosas, más que con los ojos del cuerpo, con los ojos del corazón. Esta es la
razón por la cual Jesús nos invita a ser como niños, a que nuestros criterios
de tiempo y espacio sean informados por las categorías de lo infinito, de lo
trascendente; que abramos nuestra mente y nuestro corazón al auxilio divino que
Dios nos ha dado por medio de nuestros ángeles custodios.
Trata hoy de hacerte consciente de la presencia espiritual en la que Dios ha querido que vivamos.
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