DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 28 de julio 2024
CONOCIENDO A JESÚS
2 Re 4, 32-44; Sal 144; Ef 4, 1-6; Jn 6, 1-15
El Evangelio que se nos ha dado este domingo ofrece otro elemento para
contestar la pregunta que es fundamental en esta sección de Juan (2, 1-12, 50)
y es igualmente fundamental para todos los cristianos: ¿Quién es Jesús? El
elemento que resalta en este Evangelio es que Jesús se parece a Moisés, el gran
líder y profeta. Como Moisés subió la montaña de Sinaí (Éx 19,3), Jesús
"subió a la montaña" (v. 3). Como Moisés en el desierto (Éx 16, 1-36)
y después de él, Elías en nuestra primera lectura, Jesús alimentó
milagrosamente al pueblo hambriento (vv. 11-13). Sin embargo, el Evangelio nos
dice también que Jesús es superior a Moisés porque hace todas estas cosas por
su propia iniciativa. Mientras que Jesús está en continuidad con la historia de
Israel, es también un salto infinito hacia adelante.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 67, 6. 7. 36
Dios habita en su santuario; él nos hace habitar juntos en su casa; es
la fuerza y el poder de su pueblo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti, nada es fuerte,
ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia para que, bajo tu
dirección, de tal modo nos sirvamos ahora de los bienes pasajeros, que nuestro
corazón esté puesto en los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Comerán y todavía sobrará.
Del segundo libro de los Reyes 4, 42-44
En aquellos días, llegó de Baal-Salisá un hombre que traía para el
siervo de Dios, Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno
en espiga. Entonces Eliseo dijo a su criado: "Dáselos a la gente para que
coman". Pero él le respondió: "¿Cómo voy a repartir estos panes entre
cien hombres?". Eliseo insistió: "Dáselos a la gente para que coman,
porque esto dice el Señor: 'Comerán todos y sobrará'". El criado repartió
los panes a la gente; todos comieron y todavía sobró, como había dicho el
Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 10-11. 15-16. 17-18.
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te
bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
R/.
A ti, Señor, sus ojos vuelven todos y tú los alimentas a su tiempo.
Abres, Señor, tus manos generosas y cuantos viven quedan satisfechos. R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas
sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor de
quien lo invoca. R/.
SEGUNDA LECTURA
Un solo cuerpo, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4,1-6
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a
que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre
humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor;
esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz.
Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también
una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina
sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros, Dios ha visitado a su
pueblo. R/.
EVANGELIO
Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se
saciaron.
Del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o
lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que
hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus
discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que
mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que
coman éstos?". Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues Él bien
sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de
pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus
discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un
muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero ¿qué es eso para
tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se
siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí;
y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los
fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando
de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a
sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se
desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco
panes llenaron doce canastos. Entonces la gente, al ver el signo que Jesús
había hecho, decía: "Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al
mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey,
se retiró de nuevo a la montaña, él solo.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, el auxilio del Espíritu Santo, para que inspire
nuestras oraciones y ruegue con nosotros por las necesidades del mundo,
respondiendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para los que empiezan a conocer a Cristo y desean la gracia del
bautismo y para que los que preparan el bautismo de sus hijos, pidamos el favor
de Dios todopoderoso.
Para nuestra ciudad (nuestro pueblo), para todos los que habitan en
ella (él), y para todos los pueblos y naciones, pidamos al Señor paz y
prosperidad abundantes.
Para los que persiguen a la Iglesia y para los pecadores que viven
intranquilos, pidamos la luz del Espíritu y la gracia de la conversión.
Por los que estamos aquí reunidos y por aquellos por los que queremos
rezar, pidamos al Señor que nos guarde a todos en la fe y nos reúna en el reino
de su Hijo.
Señor, Dios todopoderoso, que cada domingo nos invitas a participar del
pan vivo bajado del cielo, escucha nuestras oraciones y haz que, en el amor de
Cristo, compartamos nuestro pan terreno, para que quede satisfecha toda hambre,
tanto del cuerpo como del Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que por tu generosidad te presentamos, para
que, por el poder de tu gracia, estos sagrados misterios santifiquen toda
nuestra vida y nos conduzcan a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 102, 2
Bendice alma mía al Señor, y no te olvides de tus beneficios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el sacramento celestial, memorial perpetuo de
la pasión de tu Hijo, concédenos que este don, que él mismo nos dio con tan
inefable amor, nos aproveche para nuestra salvación eterna. Él, que vive reina
por los siglos de los siglos.
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