viernes, 4 de octubre de 2024

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 6 de octubre 2024

 



 

 

Matrimonio y Familia en el «proyecto» de Dios…
 
El mensaje de la palabra de Dios en este domingo lo podríamos reducir a tres aspectos fundamentales: el drama de la «soledad», el auténtico «amor» entre el hombre y la mujer, y la problemática situación de la «familia» hoy… Adán, como leemos en la primera lectura, vivía en el Paraíso, ponía los nombres a las demás creaturas, ejerciendo una incomparable superioridad, pero aun así se sentía solo… El corazón de Dios se entristeció al ver su condición y dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude» (Gn 2, 18)… Dios no ha creado al ser humano para vivir en la tristeza sino para compartir un camino con otra persona que le sea complementaria. Y –como nos lo recordaba muy bella y atinadamente el salmo 127, que apenas hemos proclamado– Él lo creó para vivir la extraordinaria experiencia de amar y ser amado. Jesús, ante la pregunta retórica que le habían dirigido, como una trampa, para hacerlo quedar mal ante la multitud que lo seguía –y que practicaba el divorcio, como realidad consolidada– responde de forma sencilla e inesperada: restituye todo al origen, al origen de la creación. Este es el sueño de Dios para su criatura predilecta: verla realizada en la unión de amor, feliz en el camino común, en la donación recíproca y fecunda. Es el mismo designio que Jesús resume en el Evangelio de hoy con estas palabras: «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne».
 
Es en este contexto bastante problemático donde la Iglesia está llamada a vivir su misión en la fidelidad, en la verdad y en la caridad… Hoy se vive la paradoja de un mundo globalizado en el que vemos tantos progresos materiales, pero cada vez menos «calor de hogar y de familia». Muchos proyectos ambiciosos, pero poco tiempo para disfrutarlos en común… «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». Es esta la exhortación a los esposos creyentes para que busquen superar toda forma de individualismo y de miedo a comprometerse de por vida… En tal unidad los cónyuges transmiten la vida a los nuevos seres humanos: se convierten en padres. Participan de la potencia creadora de Dios mismo. [Sintetizado de: Papa Francisco, Homilía, 4-X-2015].
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Est 4, 17
 
En tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay quien pueda resistirse a ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo que está bajo el firmamento; tú eres Señor del universo.
 
 
GLORIA.
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, que en la superabundancia de tu amor sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
 
 
PRIMERA LECTURA
 
Serán los dos una sola cosa.
 
Del libro del Génesis 2, 18-24
 
En aquel día, dijo el Señor Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude". Entonces el Señor Dios formó de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y los llevó ante Adán para que les pusiera nombre y así todo ser viviente tuviera el nombre puesto por Adán.
 
Así, pues, Adán les puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no hubo ningún ser semejante a Adán para ayudarlo.
 
Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, y mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío. Y de la costilla que le había sacado al hombre, Dios formó una mujer. Se la llevó al hombre y éste exclamó: "Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque ha sido formada del hombre"
 
Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola cosa. Palabra de Dios.
 
 
SALMO RESPONSORIAL del salmo 127, 1-2. 3. 4-5. 6
 
R. Dichoso el que teme al Señor.
 
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R.
 
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R.
 
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida". R.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
El santificador y los santificados tienen la misma condición humana.
 
De la carta a los hebreos 2, 9-11
 
Hermanos: Es verdad que ahora todavía no vemos el universo entero sometido al hombre; pero sí vemos ya al que por un momento Dios hizo inferior a los ángeles, a Jesús, que, por haber sufrido la muerte, está coronado de gloria y honor. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió redunda en bien de todos.
 
En efecto, el creador y Señor de todas las cosas quiere que todos sus hijos tengan parte en su gloria. Por eso convenía que Dios consumara en la perfección, mediante el sufrimiento, a Jesucristo, autor y guía de nuestra salvación.
 
El santificador y los santificados tienen la misma condición humana. Por eso no se avergüenza de llamar hermanos a los hombres. Palabra de Dios.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO         1 Jn 4, 12
 
R. Aleluya, aleluya.
 
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. R. Aleluya.
 
 
EVANGELIO
 
Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.
 
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 2-16
 
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: "¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?"
 
Él les respondió: "¿Qué les prescribió Moisés?" Ellos contestaron: "Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa". Jesús les dijo: "Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola cosa. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre".
Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: "Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio".
Después de esto, la gente le llevó a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos trataban de impedirlo.
Al ver aquello, Jesús se disgustó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los que son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". Después tomó en brazos a los niños y los bendijo imponiéndoles las manos.
Palabra del Señor.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
ORACION DE LOS FIELES:
 
Elevemos nuestra plegaria al Señor con aquella confianza filial que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones:
 
1. Para que la Iglesia –mediante la santidad de sus fieles y el celo de sus ministros– anuncie a todos los hombres la salvación de Dios, roguemos al Señor.
 
2. Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se logre en todas las naciones la paz, el progreso y la libertad religiosa, roguemos al Señor.
 
3. Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean alejarse de sus pueblos la violencia, la destrucción y las lágrimas, roguemos al Señor.
 
4. Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que sepamos descubrir la esperanza a la que nos ha llamado, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que has creado al hombre y a la mujer para que sean los dos una sola carne, retorna a los hijos de Adán a la santidad de su origen, a fin de que ningún poder humano nunca separe aquello que tú mismo has unido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Acepta, Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste ofrecer, y, por estos sagrados misterios, que celebramos en cumplimiento de nuestro servicio, dígnate llevar a cabo en nosotros la santificación que proviene de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 


PREFACIO
 
El Misterio de la salvación
 
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz, nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN   Cfr. I Cor 10, 17
 
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos participamos de un mismo pan y de un mismo cáliz.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios omnipotente, saciados con este alimento y bebida celestiales, concédenos ser transformados en aquel a quien hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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