DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 8 de septiembre 2024
LA VERDADERA IDENTIDAD DE JESÚS
Is 35,4-7; Sal 145; Sant 2,1-5; Mc 7, 31-37
Los capítulos 34 y 35 de Isaías, de los cuales se toma la primera
lectura de hoy, son denominados "el pequeño apocalipsis de Isaías".
No obstante, sería mejor entenderlos como un oráculo divino contra el mal
simbolizado por el enemigo perenne de Israel, la nación de Edom (véase, por
ejemplo, Abd 1-7) y la promesa divina de restaurar el desierto que esa nación
ocupaba y que simboliza todo el universo restaurado. En medio de tal
restauración se encuentra nuestra lectura, que promete la curación de esas
capacidades esenciales de comunicación humana que son el habla y el oído. El
Evangelio de hoy cita textualmente las palabras de Isaías sobre dichas
capacidades para demostrar que Dios, en la persona de Jesús, ha venido para
redimir el mundo. Así, Marcos nos muestra, de manera narrativa, la verdadera
identidad de Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRA DA Sal 118, 137. 124
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate bondadoso
con tu siervo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, de quien nos viene la redención y a quien debemos la
filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, para que
todos los que creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo ...
PRIMERA LECTURA
Se iluminarán los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se
abrirán.
Del libro del profeta Isaías: 35, 4-7
Esto dice el Señor: "Digan a los de corazón apocado: '¡Ánimo! No
teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos'.
Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos
se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua del mudo cantará.
Brotarán aguas en el desierto y correrán torrentes en la estepa. El
páramo se convertirá en estanque y la tierra sedienta, en manantial".
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 145
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al
oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor
al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R.
SEGUNDA LECTURA
Dios ha elegido a los pobres del mundo para hacerlos herederos del
Reino.
De la carta del apóstol Santiago: 2, 1-5
Hermanos: Puesto que ustedes tienen fe en nuestro Señor Jesucristo
glorificado, no tengan favoritismos. Supongamos que entran al mismo tiempo en
su reunión un hombre con un anillo de oro, lujosamente vestido, y un pobre
andrajoso, y que fijan ustedes la mirada en el que lleva el traje elegante y le
dicen: "Tú, siéntate aquí, cómodamente". En cambio, le dicen al
pobre: "Tú, párate allá o siéntate aquí en el suelo, a mis pies". ¿No
es esto tener favoritismos y juzgar con criterios torcidos?
Queridos hermanos, ¿acaso no ha elegido Dios a los pobres de este mundo
para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo
aman?
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 4, 23
R. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda
enfermedad.
EVANGELIO
Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 31-3 7
En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por
Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron
entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las
manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le
tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "¡Effetá!"
(que quiere decir "¡Ábrete!"). Al momento se le abrieron los oídos,
se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba,
ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían:
"¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos".
Palabra del Señor.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Hermanos, oremos a Dios nuestro Padre, en cuyas manos están los
destinos del universo. Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.
Por la santa Iglesia de Dios, para que sea fiel a la voluntad de Cristo
y se purifique
continuamente de sus faltas y debilidades. Oremos.
Por todos los hombres y mujeres que, sin creer en Jesucristo, trabajan
al servicio de los demás, para que no decaiga su ánimo y perseveren en su
empeño. Oremos.
Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen por la paz del
mundo, a fin de que todos los pueblos puedan vivir en justicia y libertad.
Oremos.
Por la paz en nuestra patria y por quienes vivimos en México, para que
seamos fieles al plan salvífico de Dios y construyamos una sociedad justa y
solidaria. Oremos.
Por todos los que estamos aquí reunidos y cuantos forman nuestra
comunidad, para que Dios nos conceda la paz del corazón, el perdón de los
pecados y la firme voluntad de obedecer siempre sus mandamientos. Oremos
Señor, escucha nuestras oraciones y ayúdanos a proclamar con valentía
tu Evangelio, para que los oídos de los sordos se abran, los cobardes de
corazón recobren ánimos y las lenguas de los mudos canten con nosotros la
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos
honrar de tal manera, con estos dones, tu divina majestad, que, al participar
en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El día del Señor
En verdad es justo bendecirte y darte gracias, Padre santo, fuente de
la verdad y de la vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de
fiesta. Hoy, tu familia, reunida en la escucha de tu Palabra, y en la comunión
del pan único y partido, celebra el memorial del Señor resucitado, anhelando el
domingo sin ocaso en el que la humanidad entera entrará en tu descanso.
Entonces podremos contemplar tu rostro y alabaremos por siempre tu
misericordia. Con esta gozosa esperanza, y unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos unánimes el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue, no camina en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y vivificas con tu
palabra y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera tan grandes dones
de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su vida. Él, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
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