DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 1 de Septiembre 2024
PARA COMPRENDER LA REVELACIÓN DIVINA
Deut 4, 1-2.6-8; Sal 14; Sant 1,17-18.21-22.27; Mc 7,1-8
En las lecturas de hoy, vemos varios intentos a lo largo de los años de
comprender la revelación de Dios. En la primera, la revelación divina toma la
forma de "las leyes y las normas" (v. 1) compiladas en la Ley
mosaica. En el Evangelio, Jesús distingue entre las tradiciones humanas por un
lado y la Ley, por el otro lado, entendida como una expresión de la cercanía de
Dios (v. 6). Finalmente, el autor de la Carta de Santiago abandona el concepto
de la Ley y escribe acerca de la Palabra de la verdad (v. 18) que es superior a
la ley porque engendra hijos y produce muchos frutos (v. 18). Cada lectura
bíblica, respondiendo a las circunstancias en que se escribió y basándose en el
pasado, intenta comprender cómo Dios se ha revelado a nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y
clemente, y rico en misericordia con quien te invoca (Cfr. Sal 85, 3. 5).
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en
nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa
nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con
solicitud amorosa. Por nuestro Señor Jesucristo...
PRIMERA LECTURA (Deut 4, 1-2. 6-8)
Del libro del Deuteronomio
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "Ahora,
Israel, escucha los mandatos y preceptos que te enseño, para que los pongas en
práctica y puedas así vivir y entrar a tomar posesión de la tierra que el
Señor, Dios de tus padres, te va a dar. No añadirán nada ni quitarán nada a lo
que les mando: Cumplan los mandamientos del Señor que yo les enseño, como me
ordena el Señor, mi Dios. Guárdenlos y cúmplanlos porque ellos son su sabiduría
y su prudencia a los ojos de los pueblos. Cuando tengan noticias de todos estos
preceptos, se dirán: 'En verdad esta gran nación es un pueblo sabio y
prudente'.
Porque, ¿cuál otra nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos
como lo está nuestro Dios, siempre que lo invocamos? ¿cuál es la gran nación
cuyos mandatos y preceptos sean tan justos como toda esta ley que ahora les
doy?".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 14)
R. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?
El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es
sincero en sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia. / R.
Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con
aprecio a los malvados, pero honra a quienes temen al Altísimo. / R.
Quien presta sin usura y quien no acepta soborno en perjuicio de
inocentes, ése será agradable a los ojos de Dios eternamente. / R.
SEGUNDA LECTURA (Sant 1, 17-18. 21-22. 27)
De la carta del apóstol Santiago
Hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador
de la luz, en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos
engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo,
primicias de sus creaturas.
Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es
capaz de salvarlos. Pongan en práctica esa palabra y no se limiten a
escucharla, engañándose a ustedes mismos. La religión pura e intachable a los
ojos de Dios Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus
tribulaciones, y en guardarse de este mundo corrompido.
Palabra de Dios.
A. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Sant 1, 18)
Aleluya, aleluya. Por su propia voluntad el Padre nos engendró mediante
la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus
creaturas.
R. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO (Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23)
Del santo Evangelio según san Marcos
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas
venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con
las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas
le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no
siguen la tradición de nuestros mayores?" (Los fariseos y los judíos, en
general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la
tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las
abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los
vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: "Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes,
hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su
corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan
doctrinas que no son sino preceptos humanos! Ustedes dejan a un lado el
mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres".
Después, Jesús llamó a la gente y les dijo: "Escúchenme todos y
entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo
mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las
intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los
adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las
envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen
de dentro y manchan al hombre".
Palabra del Señor.
A. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos, elevemos nuestras plegarias a Dios Padre, para que, por la
intercesión de Cristo, que con su obediencia nos alcanza la gracia, salga en
nuestro auxilio y favor. Con confianza digamos juntos:
Cristo, escúchanos.
Por la santidad de todos los ministros ordenados y por la unidad de
toda la Iglesia peregrina, para que anuncien al mundo la Buena Nueva. Roguemos
al Señor.
Por los gobernantes de las naciones, para que, iluminados por Cristo,
sepan conducir a sus pueblos hacia la paz y la fraternidad, procurando siempre
el progreso y la unidad. Roguemos al Señor.
Por los cristianos perseguidos en el mundo, para que sientan siempre la
presencia real de Cristo, se sepan protegidos por los ángeles de Dios y reciban
la gracia de perseverar hasta el final en todas las pruebas. Roguemos al Señor.
Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda
la continua asistencia del Espíritu Santo, a fin de que sepamos descubrir la
esperanza de la gloria a la que estamos llamados. Roguemos al Señor.
Intenciones de la Iglesia local.
Padre bueno, ayúdanos a transformar la dureza de nuestros corazones en
una fuente de caridad para el mundo, de tal forma que, después de haber
contribuido con nuestro esfuerzo al crecimiento de tu Reino, reconozcamos que
sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre tu bendición
salvadora, para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Qué grande es tu bondad, Señor, que tienes reservada para tus fieles
(Sal 30, 20).
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que
este alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos a
servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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