Evangelio del 27 de agosto 2024 Mateo 23, 23-26
En aquel
tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y
fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino,
pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la
misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar
aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!
¡Ay de ustedes,
escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos,
mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo
ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por
fuera".
Reflexión
El evangelio de
hoy nos enseña que la ley, que es buena cuando uno busca crecer en el amor de
Dios, se convierte en un monstruo contra el cual se tiene que estar luchando.
Es importante
cumplir la ley, pero este cumplimiento no es un cumplimiento irracional, sino
que debe llevarnos a lo que inspiró al legislador, que es amar y tener
misericordia de los demás, reconociendo que, el único legislador y juez, es
Dios.
Pensemos pues,
hoy, ¿cómo estamos viviendo la ley? ¿Vamos a misa el domingo sólo porque está
escrito en la ley, o porque realmente queremos amar más al Señor?
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