lunes, 7 de octubre de 2024

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 13 de octubre de 2024

 



 

Renunciando a las falsas «riquezas» …
 
El evangelio de hoy se articula en tres escenas, marcadas por «tres miradas de Jesús» … La primera presenta el encuentro entre el Maestro y un hombre que, según el pasaje paralelo de San Mateo, es identificado como «joven». Este joven corre hacia Jesús, se arrodilla y lo llama «Maestro bueno». Luego le pregunta: «¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?», es decir, la felicidad. La respuesta de Jesús resume, inicialmente, los tradicionales mandamientos, pero luego –mirándolo con una mirada intensa, llena de ternura y cariño– le hace una propuesta concreta y más exigente: dar todos sus bienes a los pobres y seguirlo… Pero ese joven tiene el corazón dividido y se va triste.
 
En la segunda escena, el evangelista enfoca los ojos de Jesús y esta vez se trata de una mirada pensativa, de advertencia: «Mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!"». Y ante el estupor de los discípulos, que se preguntan: «Entonces, ¿quién puede salvarse?», Jesús responde con una mirada de aliento: sí, «Es imposible para los hombres, mas no para Dios». Si nos encomendamos al Señor, Él nos dará la fuerza, Él nos acompañará en el arduo y satisfactorio camino del seguimiento y Él nos dará la salvación. Sólo acogiendo con humilde gratitud el amor del Señor nos liberamos de la seducción de los ídolos y de la ceguera de nuestras ilusiones.
 
Y así llegamos a la tercera escena, la de la solemne declaración de Jesús: En verdad les digo que quien deja todo para seguirme tendrá la vida eterna en el futuro y cien veces más ya en el presente… Este «cien veces más» está hecho de las cosas primero poseídas y luego dejadas, pero que se reencuentran multiplicadas hasta el infinito. Equivale a apreciar lo que se le atribuye haber dicho un día a Jesús: «Hay más alegría en dar que en recibir» (Cfr. Hch 20, 35) … El Señor nos pide el desapego de las falsas riquezas –el dinero, el placer, el éxito, entre otras– para entrar en la vida verdadera, la vida plena, auténtica y luminosa… ¡Que la Virgen María nos ayude a abrir nuestro corazón al amor de Jesús, a la mirada de Jesús, el único que puede colmar nuestra sed de felicidad! [Sintetizado de: Papa Francisco, Ángelus, 10-X-2015].
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 129, 3-4
 
Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, Señor, ¿quién podría resistir? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos disponga y nos acompañe, de manera que estemos siempre dispuestos a obrar el bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
 
 
PRIMERA LECTURA
 
En comparación con la sabiduría, tuve en nada la riqueza.
 
Del libro de la Sabiduría 7, 7-11
 
Supliqué y se me concedió la prudencia; invoqué y vino sobre mí el espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en comparación con ella tuve en nada la riqueza. No se puede comparar con la piedra más preciosa, porque todo el oro, junto a ella, es un poco de arena y la plata es como lodo en su presencia.
 
La tuve en más que la salud y la belleza; la preferí a la luz, porque su resplandor nunca se apaga. Todos los bienes me vinieron con ella; sus manos me trajeron riquezas incontables. Palabra de Dios.
 
 
SALMO RESPONSORIAL del salmo 89, 12-13. 14-15. 16-17
 
R. Sácianos, Señor, de tu misericordia.
 
Enséñanos a ver lo que es la vida, y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R.
 
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. R.
 
Alégranos ahora por los días y los años de males y congojas. R.
 
Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos puedan mirar tus obras y tu gloria. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
La palabra de Dios descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
 
De la carta a los hebreos 4, 12-13
 
Hermanos: La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Toda creatura es transparente para ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas. Palabra de Dios.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO         Mt 5, 3
 
R. Aleluya, aleluya.
 
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R. Aleluya.
 
 
EVANGELIO
 
Ve y vende lo que tienes y sígueme.
 
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-30
 
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre".
 
Entonces él le contestó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme". Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.
 
Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!" Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: "Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios".
 
Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: "Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: "Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible".
 
[Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte". Jesús le respondió: "Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna".] Palabra del Señor.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
ORACION DE LOS FIELES:
 
Llenos de confianza en el Señor, oremos por todos los hombres y por todas sus necesidades:
 
1. Para que Dios conceda el espíritu de paciencia y de caridad a los cristianos perseguidos por su nombre y los ayude a ser testigos fieles de su Evangelio, roguemos al Señor.
 
2. Para que Dios conceda prudencia y honradez a los gobernantes a fin de que logren mantenerse la armonía y la justicia en la sociedad, roguemos al Señor.
 
3. Para que el Señor bendiga los esfuerzos de los trabajadores y haga que la tierra dé frutos abundantes para todos, roguemos al Señor.
 
4. Para que Dios no permita que en la hora de nuestra muerte nos sintamos como arrancados de este mundo, sino que –confiados y con una gran paz– lleguemos a la vida feliz y eterna, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que juzgas las intenciones y los pensamientos del corazón, atraviesa nuestras entrañas con la espada de doble filo de tu Palabra, para que – iluminados por tu sabiduría y libres de la seducción de las riquezas– recibamos el ciento por uno y la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Recibe, Señor, las súplicas de tus fieles junto con estas ofrendas que te presentamos, para que, lo que celebramos con devoción, nos lleve a alcanzar la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
El Misterio de la salvación
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz, nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN   1 Jn 3, 2
 
Cuando el Señor se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 


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