DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 13 de octubre de 2024

Renunciando a
las falsas «riquezas» …
El evangelio de
hoy se articula en tres escenas, marcadas por «tres miradas de Jesús» … La
primera presenta el encuentro entre el Maestro y un hombre que, según el pasaje
paralelo de San Mateo, es identificado como «joven». Este joven corre hacia
Jesús, se arrodilla y lo llama «Maestro bueno». Luego le pregunta: «¿Qué debo
hacer para alcanzar la vida eterna?», es decir, la felicidad. La respuesta de
Jesús resume, inicialmente, los tradicionales mandamientos, pero luego
–mirándolo con una mirada intensa, llena de ternura y cariño– le hace una
propuesta concreta y más exigente: dar todos sus bienes a los pobres y
seguirlo… Pero ese joven tiene el corazón dividido y se va triste.
En la segunda
escena, el evangelista enfoca los ojos de Jesús y esta vez se trata de una
mirada pensativa, de advertencia: «Mirando a su alrededor, dijo entonces a sus
discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de
Dios!"». Y ante el estupor de los discípulos, que se preguntan: «Entonces,
¿quién puede salvarse?», Jesús responde con una mirada de aliento: sí, «Es
imposible para los hombres, mas no para Dios». Si nos encomendamos al Señor, Él
nos dará la fuerza, Él nos acompañará en el arduo y satisfactorio camino del
seguimiento y Él nos dará la salvación. Sólo acogiendo con humilde gratitud el
amor del Señor nos liberamos de la seducción de los ídolos y de la ceguera de
nuestras ilusiones.
Y así llegamos
a la tercera escena, la de la solemne declaración de Jesús: En verdad les digo
que quien deja todo para seguirme tendrá la vida eterna en el futuro y cien
veces más ya en el presente… Este «cien veces más» está hecho de las cosas
primero poseídas y luego dejadas, pero que se reencuentran multiplicadas hasta
el infinito. Equivale a apreciar lo que se le atribuye haber dicho un día a
Jesús: «Hay más alegría en dar que en recibir» (Cfr. Hch 20, 35) … El Señor nos
pide el desapego de las falsas riquezas –el dinero, el placer, el éxito, entre
otras– para entrar en la vida verdadera, la vida plena, auténtica y luminosa…
¡Que la Virgen María nos ayude a abrir nuestro corazón al amor de Jesús, a la
mirada de Jesús, el único que puede colmar nuestra sed de felicidad!
[Sintetizado de: Papa Francisco, Ángelus, 10-X-2015].
ANTÍFONA DE
ENTRADA Sal 129, 3-4
Si conservaras
el recuerdo de nuestras faltas, Señor, ¿quién podría resistir? Pero tú, Dios de
Israel, eres Dios de perdón.
GLORIA
Gloria a Dios
en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos,
Señor, que tu gracia continuamente nos disponga y nos acompañe, de manera que
estemos siempre dispuestos a obrar el bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
En comparación
con la sabiduría, tuve en nada la riqueza.
Del libro de la
Sabiduría 7, 7-11
Supliqué y se
me concedió la prudencia; invoqué y vino sobre mí el espíritu de sabiduría. La
preferí a los cetros y a los tronos, y en comparación con ella tuve en nada la
riqueza. No se puede comparar con la piedra más preciosa, porque todo el oro,
junto a ella, es un poco de arena y la plata es como lodo en su presencia.
La tuve en más
que la salud y la belleza; la preferí a la luz, porque su resplandor nunca se
apaga. Todos los bienes me vinieron con ella; sus manos me trajeron riquezas
incontables. Palabra de Dios.
SALMO
RESPONSORIAL del salmo 89, 12-13. 14-15. 16-17
R. Sácianos,
Señor, de tu misericordia.
Enséñanos a ver
lo que es la vida, y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener
compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R.
Llénanos de tu
amor por la mañana y júbilo será la vida toda. R.
Alégranos ahora
por los días y los años de males y congojas. R.
Haz, Señor, que
tus siervos y sus hijos puedan mirar tus obras y tu gloria. Que el Señor
bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R.
SEGUNDA LECTURA
La palabra de
Dios descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
De la carta a
los hebreos 4, 12-13
Hermanos: La
palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos.
Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos y descubre
los pensamientos e intenciones del corazón. Toda creatura es transparente para
ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquel a quien
debemos rendir cuentas. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
R. Aleluya,
aleluya.
Dichosos los
pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R. Aleluya.
EVANGELIO
Ve y vende lo
que tienes y sígueme.
Del santo
Evangelio según san Marcos 10, 17-30
En aquel
tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se
arrodilló ante él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para
alcanzar la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas
bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no
cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás
fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre".
Entonces él le
contestó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven". Jesús
lo miró con amor y le dijo: "Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que
tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos.
Después, ven y sígueme". Pero al oír estas palabras, el hombre se
entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.
Jesús, mirando
a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser
a los ricos entrar en el Reino de Dios!" Los discípulos quedaron
sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: "Hijitos, ¡qué
difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios!
Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico
entrar en el Reino de Dios".
Ellos se
asombraron todavía más y comentaban entre sí: "Entonces, ¿quién puede
salvarse?" Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: "Es imposible para
los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible".
[Entonces Pedro
le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para
seguirte". Jesús le respondió: "Yo les aseguro: Nadie que haya dejado
casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por
el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas,
hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el
otro mundo, la vida eterna".] Palabra del Señor.
PROFESIÓN DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo
Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible
y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido
del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso
que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección
de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACION DE LOS
FIELES:
Llenos de
confianza en el Señor, oremos por todos los hombres y por todas sus
necesidades:
1. Para que
Dios conceda el espíritu de paciencia y de caridad a los cristianos perseguidos
por su nombre y los ayude a ser testigos fieles de su Evangelio, roguemos al
Señor.
2. Para que
Dios conceda prudencia y honradez a los gobernantes a fin de que logren
mantenerse la armonía y la justicia en la sociedad, roguemos al Señor.
3. Para que el
Señor bendiga los esfuerzos de los trabajadores y haga que la tierra dé frutos
abundantes para todos, roguemos al Señor.
4. Para que
Dios no permita que en la hora de nuestra muerte nos sintamos como arrancados
de este mundo, sino que –confiados y con una gran paz– lleguemos a la vida
feliz y eterna, roguemos al Señor.
Dios nuestro,
que juzgas las intenciones y los pensamientos del corazón, atraviesa nuestras
entrañas con la espada de doble filo de tu Palabra, para que – iluminados por
tu sabiduría y libres de la seducción de las riquezas– recibamos el ciento por
uno y la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE
LAS OFRENDAS
Recibe, Señor,
las súplicas de tus fieles junto con estas ofrendas que te presentamos, para
que, lo que celebramos con devoción, nos lleve a alcanzar la gloria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de
la salvación
En verdad es
justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y
alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del extravío de los
hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz, nos libró de la
muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y
los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno
de tu gloria:
Santo, Santo,
Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el
cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el
cielo.
Bendito el que
viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA
COMUNIÓN 1 Jn 3, 2
Cuando el Señor
se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
ORACIÓN DESPUÉS
DE LA COMUNIÓN
Señor,
suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado alimento del
Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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