Evangelio del 8 de octubre 2024 Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en
un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una
hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a
escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres,
hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: "Señor, ¿no te has dado cuenta de
que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".
El Señor le respondió:
"Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que
una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la
quitará".
Reflexión
Aunque este evangelio nos
refiere, muy probablemente, a María la hermana de Lázaro, las palabras de Jesús
se aplican perfectamente a María, su Santísima Madre.
Son muchísimos los pasajes en los
que Jesús, de manera especial en el evangelio de san Lucas, nos presentan a la
Madre de Jesús como: "la que escucha y obedece la palabra de Dios".
Ahora bien, este pasaje ha sido utilizado constantemente en la Iglesia para
ilustrar dos grandes vocaciones: la vida Contemplativa (María) y la vida Activa
(Marta).
Las dos sirven a Jesús de
diferente manera. Lo bello en María de Nazaret es que ella resume estas dos
vocaciones y con ello nos invita a imitarla: El cristiano debe ser un
contemplativo en la acción. ¿Por qué no te tomas unos pocos minutos de tu
agitado día para elevar tu corazón a Dios, y darte cuenta de toda la belleza
que él ha puesto a tu alrededor?
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