miércoles, 11 de junio de 2025

Evangelio del 12 de junio 2025 Lucas 22, 14-20

 


En aquel tiempo, llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: "Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios".

Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y dijo: "Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios".

Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: "Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes."

 

Reflexión

 

Dos acciones pueden ser consideradas como las propias del sacerdote ministerial: La Reconciliación y la celebración Eucarística. De manera particular, en la Eucaristía actualiza de nuevo la Cena y posibilita a la Iglesia comer el cuerpo y beber la sangre de Cristo, elementos sin los cuales, como lo dice el mismo Jesús no se pude tener vida, no se puede resucitar.

Jesús ha sellado una nueva alianza, una alianza de amor, por medio de la cual nosotros aceptamos ser su pueblo y él ser nuestro Dios. Aceptamos vivir de acuerdo con el Evangelio y él nos promete darnos la gracia para ser verdaderamente felices. Con el amén que pronunciamos cuando el sacerdote levanta el cáliz con la sangre de Cristo y la patena con su cuerpo, estamos reafirmando este compromiso.

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