«Vayan e inviten a todos al banquete» (Cfr. Mt 22, 9)
La vida es una «misión»…
Queridos jóvenes: Dirigiéndome a ustedes lo hago también a todos los
cristianos que viven en la Iglesia la aventura de su existencia como hijos de
Dios… Lo que me impulsa a hablar a todos, es la certeza de que la fe cristiana
permanece siempre joven cuando se abre a la misión que Cristo nos confía:
«La misión refuerza la fe», escribía San Juan Pablo II (RM 2) … El
Sínodo que estamos celebrando en Roma en este mes de octubre –mes
tradicionalmente misionero– nos ofrece la oportunidad de comprender mejor, a la
luz de la fe, lo que implica hacernos «discípulos-misioneros», cada vez más
apasionados por Jesús y su misión en el mundo.
La Iglesia –anunciando lo que ha recibido gratuitamente (Cfr. Mt 10, 8;
Hch 3,6)– comparte con todos el camino y la verdad que conducen al
descubrimiento del sentido más profundo de la existencia en esta tierra, a la
que nosotros no pedimos venir, sino a la que fuimos sencillamente «llamados»
... Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros, se ofrece a nuestra libertad,
y la mueve a buscar, descubrir y anunciar este sentido pleno y verdadero. Por
amor al Evangelio, muchos hombres y mujeres se han entregado generosamente a sí
mismos, a veces hasta el martirio, al servicio de los hermanos… Todos, en una
fraterna y constructiva convivencia, tenemos la noble misión de llevar a todos
el Evangelio… Esta transmisión de la fe – corazón de la misión de la Iglesia–
se realiza por el testimonio, por el “contagio” del amor, en el que la alegría
y el entusiasmo expresan el descubrimiento del sentido y la plenitud de la
vida.
La misión hasta los confines de la tierra exige el don de sí (Cfr. Lc
9, 23-25). Lo esencial es la búsqueda y la adhesión a la propia vocación.
Cualquier pobreza material y espiritual, cualquier discriminación de hermanos y
hermanas es siempre consecuencia del rechazo a Dios y a su amor… Las Obras
Misionales Pontificias nacieron de corazones jóvenes, con la finalidad de
animar el anuncio del Evangelio a todas las gentes, contribuyendo al
crecimiento cultural y humano de tanta gente sedienta de Verdad… La oración y
la ayuda material hacen que quienes las reciben para su propia necesidad
puedan, a su vez, ser capaces de dar testimonio en su entorno. Nadie es tan
pobre que no pueda dar lo que tiene, y antes incluso «lo que es». [Sintetizado
de: Papa Francisco, Mensaje, para el DOMUND 2018].
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 3-4
Anuncien a todos los pueblos la gloria del Señor, sus maravillas a
todas las naciones, porque grande es el Señor y muy digno de alabanza.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has querido que tu Iglesia sea sacramento de
salvación para todos los pueblos, de forma que así perdure la obra redentora de
Cristo hasta el fin de los tiempos, despierta los corazones de tus fieles y haz
que se sientan llamados a trabajar por la salvación de todos, con tanta mayor
urgencia, cuanto es necesario que, de todas las naciones, surja y crezca para
ti una sola familia y un solo pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
El siervo del Señor hizo de su vida un sacrificio.
Del libro del profeta Isaías 53, 10-11
El Señor quiso triturar a su siervo con el sufrimiento. Cuando entregue
su vida como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por
medio de él prosperarán los designios del Señor. Por las fatigas de su alma,
verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos,
cargando con los crímenes de ellos. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
R. Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama
la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los
salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro
amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos
confiado. R.
SEGUNDA LECTURA
Acerquémonos con plena confianza al trono de la gracia.
De la carta a los Hebreos 4, 14-16
Hermanos: Puesto que Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote
que ha entrado en el cielo. Mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En
efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de
nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas pruebas que
nosotros, excepto el pecado.
Acerquémonos, por lo tanto, con plena confianza al trono de la gracia,
para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento
oportuno. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Mc 10, 45
R. Aleluya, aleluya.
El Hijo del hombre vino a servir y a dar su vida por la redención de
todos. R. Aleluya.
EVANGELIO
El Hijo del hombre ha venido a dar la vida por la redención de todos.
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de
Zebedeo, y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a
pedirte". Él les dijo: "¿Qué es lo que desean?". Le
respondieron: "Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu
izquierda, cuando estés en tu gloria". Jesús les replico: "No saben
lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo
con que seré bautizado?". Le respondieron: "Si podemos". Y Jesús
les dijo: "Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el
bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi
izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado".
Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra
Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: "Ya ven que
los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los
poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que
quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser el
primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha
venido a que lo sirvan, sino servir y a dar su vida por la redención de
todos".
Palabra del Señor.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos a Dios Padre, por medio de Jesucristo, su Hijo, que se entregó
por la salvación de todos:
1. Para que los pastores y los fieles sean para el mundo anuncio claro
y sacramento eficaz de la salvación que Dios prepara a todos los pueblos,
roguemos al Señor.
2. Para que los hombres de todos los pueblos, religiones y culturas, en
su esfuerzo por encontrar a Dios, descubran con gozo que el Señor no está lejos
de cada uno de ellos, roguemos al Señor.
3. Para que los pueblos que sufren por la pobreza, el hambre o las
guerras obtengan un mayor desarrollo y gocen de la paz, y así puedan recibir
con mayor facilidad el anuncio del Evangelio, roguemos al Señor.
4. Para que nosotros y los fieles de nuestra comunidad seamos luz del
mundo y sal de la tierra, y así la gente que nos rodea –al ver nuestras buenas
obras– dé gloria también al Padre del cielo, roguemos al Señor.
Señor Dios, que amas a todos los hombres y quieres que todos se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad, escucha nuestra oración y haz que el
Evangelio de tu Hijo sea proclamado por todos los cristianos y recibido, con
gozo, por todos los hombres de buena voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La historia de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Con su nacimiento restauró nuestra
naturaleza, con su muerte destruyó nuestros pecados, al resucitar nos dio nueva
vida y nos abrió las puertas del cielo cuando volvió junto a ti, Padre. Por
eso, unidos a los coros de los ángeles y los santos, cantamos sin cesar el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna
en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que lleguen a tu presencia soberana los dones de tu Iglesia
suplicante, del mismo modo que fue tan grata a tus ojos la gloriosa pasión de
tu Hijo, para la salvación del mundo. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mc 16,
15
Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura, dice
el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la participación en tu mesa nos santifique, y concede que
todos los pueblos reciban con gratitud, por medio del sacramento de tu Iglesia,
la salvación que tu Unigénito consumó en la cruz. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
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