viernes, 5 de septiembre de 2025

Evangelio del 6 de septiembre 2025 Lucas 6, 1-5


 


Un sábado, Jesús iba atravesando unos sembrados y sus discípulos arrancaban espigas al pasar, las restregaban entre las manos y se comían los granos. Entonces unos fariseos les dijeron: "¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?"​Jesús les respondió: "¿Acaso no han leído lo que hizo David una vez que tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo y tomando los panes sagrados, que sólo los sacerdotes podían comer, comió de ellos y les dio también a sus hombres". Y añadió: "El Hijo del hombre también es dueño del sábado".

 

Reflexión

 

Este pasaje, está cargado de enseñanzas que van mucho más allá de una simple discusión sobre normas religiosas.  

Jesús muestra que la compasión está por encima del ritual. Los discípulos tenían hambre, y satisfacer esa necesidad básica no debía considerarse una violación. Esto nos enseña que la ley debe estar al servicio del ser humano, no al revés.

Los fariseos se enfocaban en la letra de la ley, ignorando su espíritu. Jesús confronta esa rigidez, recordándonos que la fe auténtica no se trata de cumplir reglas por cumplir, sino de vivir con amor, justicia y libertad interior.

Al declarar que “el Hijo del Hombre es Señor del sábado”, Jesús afirma su autoridad divina. Esta frase nos invita a reconocer que Cristo no solo interpreta la ley, sino que la cumple y la trasciende, guiándonos hacia una relación viva con Dios.

Jesús nos enseña a discernir entre lo esencial y lo accesorio. No todo lo que parece “correcto” según normas humanas es justo ante Dios. Esta historia nos llama a cultivar una fe que piensa, siente y actúa con sabiduría.

 

 

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