martes, 9 de septiembre de 2025

Evangelio del 10 de septiembre 2025 Lucas 6, 20-26

 



En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo:” Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán. Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas. Pero ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!"

 

Reflexión

 

Estas “contradicciones” de Cristo son la causa, como diría Santa Teresa de Ávila, de por qué el Señor tiene tan "pocos amigos": "Dichosos los que tienen hambre, los pobres, los que lloran, los que sufren”. ¿Cómo se puede ser dichoso ante tanta desesperación, ante tanto llanto, ante tanta hambre?

La verdad, si nos ponemos a ver esto más de cerca y no solo lo digo a manera de reflexión, yo por muchos años fui misionera, en las misiones me tocaba ver mucha pobreza, mucho sufrimiento, mucho llanto, pero ellos eran dichosos. Dichosos porque vivían libres de todo y de todos. Vivían felices porque disfrutaban del hoy; disfrutaban de lo que tenían, mucho o poco, pero ese poco los llenaba y los saciaba: llegó el agua, fiesta; hoy se maduraron los mangos, venga el manjar.

Hoy te invito a gozar del hoy, a no permitirte ninguna queja, a agradecer que hoy tengo lo necesario para vivir.

 

Paola Treviño, consagrada del Regnum Christi.

En colaboración con Evangelización Activa.

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