domingo, 3 de agosto de 2025

Evangelio del 4 de agosto 2025 Mateo 14, 13-21

 



En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.

Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer". Pero Jesús les replicó: "No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer". Ellos le contestaron: "No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados". Él les dijo: "Tráiganmelos".

Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.

 

Reflexión

 

Éste es uno de los pasajes más conocidos del Evangelio: la multiplicación de los panes; incluso, hasta tenemos canción: "Aquí hay un muchacho, que solamente tiene cinco panes y dos peces".

Aquí, yo me quisiera centrar en una palabra, en una acción de Jesús. "Jesús tuvo compasión de ellos", nos dice el evangelista; tuvo compasión, sentir con...

Y Jesús tiene compasión de ti y tiene compasión de mí, porque al igual que la muchedumbre de aquellos tiempos, tenemos hambre, hambre de un amor eterno, hambre de una seguridad, hambre de paz, hambre de alegría. Cristo conoce el hambre que hay en nuestro corazón y Él quiere satisfacerla hoy. Hoy quiere darme lo que necesito para llenar mi corazón.

Dejemos que Él hoy me dé lo que necesito para sonreír, para amar, para gozar de la vida. Y ¿Qué tengo que hacer yo? ¡Llevarle mis cinco panes y mis dos peces! Mis cinco panes, mis dos peces, siendo mis preocupaciones. Mis cinco panes, mis dos peces, siendo mis debilidades. Mis cinco panes y dos peces, siendo las alegrías de hoy. Mis cinco panes, mis dos peces: lo que tengo hoy, se le entrego al Señor para que Él lo multiplique y me llene el corazón de la paz, la alegría, la felicidad que voy buscando.

Hoy te propongo ser feliz porque Cristo llena tu corazón. Él hoy quiere llenarte de bendiciones, ábrele el corazón y déjalo entrar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario