martes, 5 de noviembre de 2024

Evangelio del 6 de noviembre 2024



[El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser mi discípulo.]
 
Del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33
 
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: “Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no
se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo”. Palabra del Señor.
 
REFLEXIÓN: A quien quiera ser su discípulo, Jesús pide abiertamente el desapego de la familia y de los bienes materiales, ya que ambos pueden condicionar o impedir su «seguimiento». Ante la primacía del Reino –presente ya en su persona– todo pasa a segundo término. Esto viene ilustrado aquí con dos breves parábolas, exclusivas de san Lucas. Frente a tal empeño, no se puede proceder irreflexivamente y a la ligera, sino con la responsable sensatez de quien sopesa los medios a su alcance, como se haría antes de decidirse a «construir una torre» o a «librar una batalla». 

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