Evangelio del 18 de noviembre 2024

Evangelio del 18 de noviembre
2024
Mándame ir a ti caminando sobre
el agua.
Del santo Evangelio según san
Mateo 14, 22-33
En aquel tiempo, inmediatamente
después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos
subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la
gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la
noche, estaba él solo allí.
Entretanto, la barca iba ya muy
lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la
madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al
verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: "¡Es un fantasma!"
Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y
no teman. Soy yo".
Entonces le dijo Pedro:
"Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua". Jesús
le contestó: "Ven". Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre
el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo,
comenzó a hundirse y gritó: "¡Sálvame, Señor!" Inmediatamente Jesús
le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo": "Hombre de poca fe, ¿por
qué dudaste?"
En cuanto subieron a la barca, el
viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo:
"Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La basílica vaticana
de san Pedro, erigida por Constantino en el siglo IV sobre la tumba del apóstol
Pedro y consagrada por el papa Silvestre, fue demolida en el siglo XVI, pues
estaba en muy malas condiciones. En el mismo lugar fue construida otra mucho
más esplendorosa, que fue reconsagrada el 18 de noviembre de 1626 por Urbano
VIII. Análoga suerte atravesó la basílica de san Pablo “extra muros”,
consagrada por el papa Siricio en el siglo IV en la Vía Ostiense… • En 1823 un
incendio devastó gran parte del edificio, cuya reconstrucción requirió de la
solicitud de cuatro pontífices. Pío IX reconsagró con gran solemnidad la nueva
basílica el 10 de diciembre de 1854, a unos días de la proclamación del dogma
de la Inmaculada Concepción. Si cada Eucaristía celebrada el día de la
“dedicación” de un templo recuerda esta dimensión de la Iglesia de Dios, con
mucha más razón nos lo recuerda la fiesta de las dos «columnas»: Pedro y Pablo
(Cfr. Gal, 2, 9).
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