domingo, 7 de septiembre de 2025

Evangelio del 8 de septiembre 2025 Mateo 1, 1-16. 18-23

 



Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón; Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David. David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf; Asaf a Josafat; Josafat a Joram; Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.  Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

  

Reflexión

 

Hoy celebramos el cumpleaños de la Santísima Virgen. Nos podríamos preguntar ¿Por qué un día dedicado a celebrar el nacimiento de María? ¡Es válido hacerlo! Y es que, con el nacimiento de María, nace una esperanza, ella es quien nos "trae la salvación". Podríamos decir que María, desde su nacimiento, fue predestinada a una misión. María fue llamada, santificada, enviada.

Ella se sabía amada con un amor de predilección de Dios. Nos los dice en su cántico años más tarde: "Mi alma glorifica a Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva". Ella se sabía portadora del Amor.  

Volvamos nuestro corazón a nuestra Madre del Cielo y pidámosle con mucho fervor: “Oh Virgen naciente, esperanza de salvación para todo el mundo, vuelve tu mirada materna hacia mí y llena mi corazón de esa esperanza.

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