ANTÍFONA DE ENTRADA.
Concede, Señor, la paz a los que esperan en ti, y cumple así las
palabras de tus profetas; escucha las plegarias de tu siervo, y de tu pueblo
Israel (Cfr. Sir 36, 18).
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA.
Señor Dios, creador y soberano de todas las cosas, vuelve a nosotros
tus ojos y concede que te sirvamos de todo corazón, para que experimentemos los
efectos de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
PRIMERA LECTURA (Éx 32, 7-11. 13-14) Del libro del Éxodo
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: "Anda, baja del monte,
porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha pervertido. No tardaron en
desviarse del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de
metal, se han postrado ante él y le han ofrecido sacrificios y le han dicho:
'Éste es tu dios, Israel; es el que te sacó de Egipto'".
El Señor le dijo también a Moisés: "Veo que éste es un pueblo de
cabeza dura. Deja que mi ira se encienda contra ellos hasta consumirlos. De ti,
en cambio, haré un gran pueblo".
Moisés trató de aplacar al Señor, su Dios, diciéndole: "¿por qué
ha de encenderse tu ira, Señor, contra este pueblo que tú sacaste de Egipto con
gran poder y vigorosa mano? Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, siervos
tuyos, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: 'Multiplicaré su descendencia
como las estrellas del cielo y les daré en posesión perpetua toda la tierra que
les he prometido"'
Y el Señor renunció al castigo
con que había amenazado a su pueblo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 50)
R. Me levantaré y volveré a mi padre.
L. Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y
olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis
pecados. / R.
L. Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir
tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo
espíritu. / R.
L. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza. Un corazón
contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. / R.
SEGUNDA LECTURA (1 Tim 1, 12-17)
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo
Querido hermano: Doy gracias a aquel que me ha fortalecido, a nuestro
Señor Jesucristo, por haberme considerado digno de confianza al ponerme a su
servicio, a mí, que antes fui blasfemo y perseguí a la Iglesia con violencia;
pero Dios tuvo misericordia de mí, porque en mi incredulidad obré por
ignorancia, y la gracia de nuestro Señor se desbordó sobre mí, al darme la fe y
el amor que provienen de Cristo Jesús.
Puedes fiarte de lo que voy a decirte y aceptarlo sin reservas: que
Cristo Jesús vino a este mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy
el primero. Pero Cristo Jesús me perdonó, para que fuera yo el primero en quien
él manifestara toda su generosidad y sirviera yo de ejemplo a los que habrían
de creer en él, para obtenerla vida eterna.
El rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (2 Cor 5, 19)
R. Aleluya, aleluya. Dios reconcilió al mundo consigo por medio de
Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R. Aleluya,
aleluya.
EVANGELIO (LC 15, 1-32)
Del santo Evangelio según san Lucas A. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores
para escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:
"Éste recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola: "¿Quién de ustedes, si
tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y
va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la
encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa,
reúne a los amigos y vecinos y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré
la oveja que se me había perdido'. Yo les aseguro que también en el cielo habrá
más alegría por un pecador que se convierte, que por noventa y nueve justos,
que no necesitan convertirse.
¿y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no
enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta
encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice:
'Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido'. Yo
les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador
que se convierte".
También les dijo esta parábola: "Un hombre tenía dos hijos, y el
menor de ellos le dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de la herencia que me
toca'. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a
un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta.
Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él
empezó a pasar necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de
aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de
hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las
comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: 'Cuántos trabajadores en casa
de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me
levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores'.
Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía
lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y
echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo:
'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo
tuyo'.
Pero el padre les dijo a sus criados: 'i Pronto!, traigan la túnica más
rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies;
traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este
hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos
encontrado". Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la
casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le
preguntó qué pasaba. Éste le contestó: 'Tu hermano ha regresado y tu padre
mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo'. El hermano
mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: '¡Hace
tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has
dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese
hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el
becerro gordo'.
El padre repuso: 'Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo.
Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba
muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
Sacerdote: Imploremos, hermanos, la misericordia de Dios y pidámosle
que escuche las oraciones de los que hemos puesto en Él nuestra confianza.
Oremos diciendo:
TODOS: Escucha a tu pueblo, Señor.
I. Para los obispos, los presbíteros y los diáconos pidamos al Señor
una vida santa, tal como corresponde a su ministerio, y el premio abundante de
su trabajo. Roguemos al Señor.
2. Para los que gobiernan
las naciones y tienen bajo su poder el destino de los pueblos pidamos el don de
la prudencia y el espíritu de justicia. Roguemos al Señor.
3. Para los enfermos e
impedidos pidamos al Señor la fortaleza necesaria, a fin de que no se desanimen
ante las dificultades y vivan alegres en la esperanza de los bienes eternos.
Roguemos al Señor.
4. Para nosotros mismos y
para nuestros familiares, amigos y bienhechores pidamos al Señor que nos
conserve y aumente los bienes que con tanta generosidad nos ha concedido.
Roguemos al Señor. Intenciones de la Iglesia local.
Sacerdote: Dios nuestro, escucha las oraciones de Cristo, Hijo tuyo y
sacerdote nuestro, que no deja de interceder por los pecadores, y haz que
también nosotros experimentemos aquella alegría que hay entre los ángeles de
Dios por un solo pecador que se convierte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
TODOS: Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
Sé propicio, Señor, a nuestras plegarias y acepta benignamente estas
ofrendas de tus siervos, para que aquello que cada uno ofrece en honor de tu
nombre aproveche a todos para su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Historia de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque naciendo, restauró nuestra naturaleza
caída; padeciendo en la cruz, borró nuestros pecados; resucitando de entre los
muertos, nos proporcionó el acceso a la vida eterna, y ascendiendo hasta ti,
Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a la
multitud de los ángeles y de los santos, te aclamamos, llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN.
El cáliz de bendición, por el que damos gracias, es la unión de todos
en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos es la participación de todos en
el Cuerpo de Cristo (Cfr. 1 Cor 10, 16).
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Que el efecto de este don celestial, Señor, transforme nuestro cuerpo y
nuestro espíritu, para que sea su fuerza, y no nuestro sentir, lo que siempre
inspire nuestras acciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario