Evangelio del 13 de noviembre 2024
¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera
para dar gloria a Dios?
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19
En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén,
pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al
encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le
decían: "¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!"
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los
sacerdotes". Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.
Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a
Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era
un samaritano. Entonces dijo Jesús: "¿No eran diez los que quedaron
limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este
extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?" Después le dijo al
samaritano: "Levántate y vete. Tu fe te ha salvado". Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN: Esta escena es también exclusiva de san Lucas,
que se esmera en manifestar una vez más la predilección de Jesús por los
marginados social y religiosamente. La curación de estos diez leprosos –nueve
de ellos judíos y uno samaritano– es todo un canto a la fe agradecida del único
que alcanzó la salvación plena. Este anónimo samaritano fue el único que supo
responder a la ilimitada «gratuidad» divina. Y tal prodigio rebasa el
significado de la mera curación física. Nuestro Padre Dios desea liberarnos
integralmente, no obstante que con tanta frecuencia hayamos sido tan
malagradecidos.
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